¿Caerá el juez Ruz?

Quien se la hace al PP, la paga

Antonio González Cabrera

Como si del final de una faena taurina se tratara, hay división de opiniones entre los magistrados españoles: ¿se debe o no se debe mantener al juez Ruz en el poder? Esta es la cuestión.

Mientras unos piensan que el Gobierno quiere apartarlo del caso que investiga la presunta financiación irregular del PP, otros ven en su sustitución solo una cuestión administrativa. Y no solo los jueces no se ponen de acuerdo, sino que el propio Ruz aún no ha pedido por escrito su continuidad. Es la permanente del gobierno de los jueces quien tomará la decisión final, siempre que Ruz solicite continuar.

Ojalá me equivoque en este análisis pero en otro país, nadie dudaría que la complejidad e importancia de los asuntos que investiga Ruz merecería su permanencia al frente de la investigación. Que el órgano de los jueces le retire a estas alturas del partido, solo se entendería como una decisión política.

La calle está convencida, que al Gobierno del PP le interesa que Ruz salga del Juzgado. Basta repasar la hemeroteca y ver sus declaraciones. Cospedal se sube por las paredes cada vez que Ruz adopta una decisión, la última se ha llevado por delante a Ana Mato. La secretaria general del PP  está convencida, de que si Ruz sigue, acabará probando la financiación irregular del PP, y ese es suficiente motivo para desear que su puesto lo ocupase otro juez, sin valorar que le podría tocar un juez más hueso aún.

Pese a esas manifestaciones, en el PP muestran tranquilidad, sabedores de que el delito de financiación ilegal de un partido político no está tipificado como tal en nuestro Código penal.

En la calle hay la impresión de que se quiere cerrar el caso Gürtel de la manera que sea y a cualquier precio, por mucho que las pruebas les acusen. Su temor está en que saben que llegan tarde, y que la gente conoce ya lo suficiente, y aunque en el PP están convencidos de que Gürtel acabará jurídicamente en nada, saben que social y políticamente nadie cree ya que sean inocentes.

El objetivo en Génova es llegar a las próximas elecciones sin sentencia judicial. Una reciente encuesta señalaba que un 80 % de los ciudadanos no cree en los políticos, pero también afirmaba que en la Justicia es un 70 % de la población la que no cree. Si con su mayoría en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se sustituye al Juez Ruz, la reacción y el cabreo de los españoles puede ser la gota que colme el vaso y que se lleve por delante lo poco que queda del PP y de la mayoría absoluta de 2011. Tengamos sentencia o no.

Vistos los finales de los casos Garzón y Silva, que también molestaron en los aledaños del poder, no quedan dudas sobre cuál será el futuro de Ruz. Los ciudadanos están cada vez más convencidos de que, «quien se la hace al PP, la paga». Gobierno y Consejo General del Poder Judicial deberían pensárselo muy bien antes de tomar una decisión, corren el riesgo de que la desconfianza en nuestro sistema judicial, se incremente e iguale a la que ya tenemos hacia la clase política.

Y es que adopten una u otra decisión, todos saben que el PP está herido de muerte, y que si se mira por el interés general de nuestra justicia, debería permitirse al juez Ruz, terminar la investigación aunque le suponga al gobierno tragarse un sapo. Lo mejor que pueden hacer es darle medios, que se le apremie y se le pida eficacia pero que se le mantenga en su puesto. Un juez nuevo debería comenzar a conocer toda la instrucción y retrasaría la decisión final.

Sustituir a Ruz, con razón o sin ella, no favorecerá al interés general y solo conseguirá acrecentar la desconfianza en un muy cuestionado sistema judicial.

 

 

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