La campaña electoral está servida

Las dos caras de los políticos en campaña

Marto Egido Piqueras

Siempre se ha hablado mucho de las dos caras que tienen los políticos, aunque algunos tienen, tres o cuatro, pero lo normal son dos, porque si tuviesen una sola no serían políticos.

Los políticos españoles tienen dos caras, muy parecidas a las que describió  Robert Louis Stevenson en su famosa novela “El extraño caso del doctor Jekyll y Míster Hyde”. Una personalidad bien definida, cuando no son nadie y comienzan en la política y; otra totalmente distinta, cuando tocan el poder.

Nuestros políticos cuando se presentan por primera vez y todavía no han tocado el poder son el colmo de las atenciones, horas y horas de trabajo, amabilidad con los compañeros de partido, dedicación plena a sus labores, trato exquisito con los medios de comunicación, nunca tienen el «no» por respuesta y siempre se ponen al teléfono. Su teléfono es casi público, se lo dan a todo el que se lo pide, acuden a presentaciones, fiestas y, sobre todo, se muestran ceranos a los ciudadanos. Cualquier problema que les ponen encima de la mesa tratan de solucionarlo. Hablan, piden favores, e incluso se postulan personalmente para solucionarlo.

Otra historia es cuando, al poco de coger el poder, se produce la metamorfosis, dejan de ser el doctor Jekyll y pasan plenamente a Míster Hyde. Se encierran en los despachos oficiales, creando verdaderos bunkers, no cogen los teléfonos, espacian todo lo que pueden sus intervenciones públicas que no sean absolutamente necesarias y, sobre todo, huyen como gato escaldado de cruzarse con los votantes que los encumbraron hacia el sillón oficial.

Todo esta norma tiene un excepción, que son los períodos electorales. En esos momentos dejan nuevamente a Míster Hyde escondido y vuelven a la amabilidad de Jekyll. Se van a los invasores con rosas (últimamente con claveles, que estamos en crisis), o con el eslogan de la gaviota, programas, bolígrafos, etc., haciendo verdaderos papelones. Van a los pueblos y se dan abrazos con los que antes de la campaña ni saludaban por la calle, besan a todas las personas mayores que pueden en los centros de la tercera edad y si hay algún niño les hacen la carantoña y la foto.

Estos son nuestros políticos españoles y los encuentras en todos los partidos, y no se crean que son solamente de una determinada ideología, son todos, tanto de derecha, de izquierda, de centro, da lo mismo que sean de los partidos denominados de toda la vida, como los nuevos emergentes. En cuanto se sientan en el sillón se trasforman plenamente.

Esto se solucionaría con el cambio del modelo electoral como pasa en Estados Unidos. En este país, los congresistas y los senadores, salen elegidos por sus determinados distritos y ahí sí que cuidan a sus electores, porque no dependen del líder del partido que los ponga más arriba o más abajo en la lista.

En EEUU, dependen de los electores, por ello, cuando algún ciudadano quiere hablar con su congresista lo recibe y trata de resolverle sus problemas. Esa es la solución, las listas abiertas y el voto directo al candidato, no a una lista bloqueada, donde los partidos ponen a quien quieren, sin contar con los electores. Y otra cosa que también tenemos que copiar de los americanos, la limitación de mandatos, para que nadie se crea ‘Dio’s; ocho años y otro al puesto.

elecciones, marto egido