«De poco sirvió la profesionalidad, la experiencia y, en mi caso, aguantar al pie del cañón hasta 13 días antes de dar a luz. ‘Eres muy buena periodista, eso no me cabe duda y no puedo tener ni una sola queja de tu trabajo, pero la decisión no depende de mí’. Eso fue lo que me dijo el, por aquel entonces, jefe de Comunicación del Consejero de Sanidad y así terminó todo».
De la 'caza de brujas' a periodistas albaceteños
Del silencio del teléfono móvil, al sonido del teclado de mi ordenador
Cristina Torres