Miguel Ventayol en su vertiente más literaria se sumerge en uno de los barrios del centro de Albacete, concretamente en la Calle Collado Piña. En una de sus casas sucede una historia narrada con el lenguaje y el contenido que conocemos muy bien los albaceteños. ¡Lo mejor!, que casi podemos oler, escuchar y saborear una escena cotidiana que en la voz de Ventayol no deja de ser una crónica, puesto que, como nos tiene acostumbrados el periodista no da puntada sin hilo en sus relatos. Se nota su formación de sociólogo y como disecciona el carácter de sus personajes que, sin duda, nos resulta muy familiar.