El relato de Miguel Ventayol es un viaje por parte de nuestra provincia, incomunicada entre sí a no ser que dispongas de vehículo propio. No es la primera vez que abordamos este asunto que Ventayol recuerda con su maestría literaria habitual. «Sin ser ingeniero es complicado sobrevivir en esta tierra, aunque hay personas que se las componen de maravilla para vivir bien y vivir del cuento, o viajeros que se llaman a sí mismos aventureros porque son capaces de no comprometerse con nada más que con ellos mismos y su cepillo de dientes».