Miguel Ventayol nos deleita este martes con una bella historia ocurrida en una de las céntricas calles de Albacete, Octavio Cuartero. «La dama observa su alrededor. Hacia un lado la calle ruidosa llena de coches y motocicletas con exceso de velocidad. Nadie podría verla. Al otro lado una calle sin apenas iluminación, con las aceras parcheadas, tiendas de tebeos, academias de inglés y artes diversos y coches en doble fila. Suficientes como para ocultar sus besos».