«Un presidente de la Generalitat que ha utilizado su astucia, de la que se vanagloria, para un único objetivo: hacerles olvidar a los catalanes sus problemas de paro, pobreza, desigualdad y corrupción (que en Cataluña no son proporcionalmente menores que en el resto de España), para meterlos en una campaña independentista permanente, por un camino hacia ninguna parte; y pervirtiendo, sin oposición de nadie, los modos democráticos, las instituciones y hasta el propio lenguaje».