Ahora, cuando las brasas se apaguen y el paisaje ofrezca una nueva cicatriz en la vergüenza colectiva, en vez de reclamar comisiones de investigación, como ya se apresuran a hacer los aplicados devotos del manual de vieja política, lo prioritario debería ser evitar las nuevas Seseñas que están por venir.
La desidia colectiva que todo lo fía
La pira funeraria de una España adormecida en la indolencia
Jesús Perea