A los ex-presidentes George W. Bush y José María Aznar que fueron responsables de ocasionar aproximadamente un millón de muertos civiles en la guerra de Irak de 2003, con las falsas excusas, entonces ya sabidas, del atentado de 2001 y la tenencia de armas de destrucción masiva, nadie piensa en sentarlos frente a las madres, los hijos, o los abuelos de las víctimas.