Ejercicios de inicios de septiembre: sentarte frente a un café, y ojear el programa de Feria. El programa de Feria huele a papel recién impreso, sacado de cajas brillantes con aroma a ilusión, sonrisa y fiesta. Poco a poco comienza a oler al perfume de tus manos: colonia, sudor o bocadillo de lomo; metáfora clara de lo que supone la Feria para cada uno de nosotros: colonia y trajes lustrosos, bocatas a deshoras, cachivaches, no cambiar de camiseta en varios días. Caballos a mediodía, gofres con manchurrón de chocolate en la camisa, algodón dulce, cubalitros sentado con los amigos, inventos alcohólicos aguachados. Por el interés y unas cuantas razones más. Los albaceteños no van de fiesta, van de feria.