«Rajoy no olvida su oficio. Como registrador que es, ve España desde su oficina del Registro de la Propiedad, Palacio de la Moncloa s/n. Y haciendo de tal, solventa los expedientes del día a día, sin complicaciones ni horizontes lejanos. Si alguno se le enquista, como el de Cataluña, lo deja acumulando polvo en un escritorio secundario, como haría un registrador enfrentado a una inmatriculación compleja por cuitas entre herederos».
Un registrador, ¿la España y la anti-España?
Rajoy y Cataluña: los expedientes se solucionan solos, o no…
Jesús Perea