2.000 viticultores castellano-manchegos con gorras y banderas tiñeron de naranja las calles del barrio histórico de Toledo, hasta concentrarse a las puertas de la Consejería de Agricultura. Una marea naranja silenciosa que escenificaba el grito del sector del vino regional que considera se le ha dejado en la estacada. El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de CLM, Julián Morcillo, natural de Munera quiso mostrar al Gobierno de Cospedal qué hay detras del vino: 70.000 familias con viñedo, gracias al cual muchas han salvado su economía en tiempos de crisis.
2.000 viticultores reclamaron precios dignos para la uva
«Si nos quitan el viñedo, cerramos CLM y nos vamos»
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