La publicación de fotografías con centeneres de ataúdes que estamos viendo estos días en algunos medios de comunicación podría ser perseguir un clima de desmoralización de la gente en la lucha contra la pandemia
Paso de hablar de Cataluña porque, ¡Albacete cuenta!
Con demasiada frecuencia nuestros políticos demuestran muy poco sentido común en sus estrategias electorales. No sé si culpa de sus asesores bien pagados o de que están muy alejados de la realidad, lo cierto es que sus intervenciones públicas hace tiempo que dejaron de interesar a la ciudadanía. Me centraré en Castilla-La Mancha y Albacete donde a través de los medios de comunicación nos bombardean con cantidad de noticias que muy poco tienen que ver con la realidad que vivimos en nuestro día a día, en una tierra saqueada por los que han venido a mandar unos años.
Escribir ‘en tiempos de cólera’
A veces las mejores personas aparecen en los peores momentos para descubrirnos que juntos somos capaces de salir adelante. Admiro profundamente a mis compañeros de ‘AC’.
La propaganda diaria a través de la televisión de Castilla-La Mancha
Mª Dolores de Cospedal prometía en campaña electoral cerrar la televisión pública de Castilla-La Mancha pero una vez llegó al poder cambió de idea y desde entonces le saca partido y la utiliza a su antojo. Titulares inverosímiles que arremeten contra su rival Emiliano García Page y todo lo que huela a PSOE. Y palabras prohibidas para los periodistas como: «crisis», «recortes», «privatización», «Bárcenas», «Gürtel», «recesión», «fuga de cerebros», «desahucio»… Son algunas de las directrices que tienen que seguir los trabajadores de la televisión regional.
La radio en negro
El periodista Miguel Ventayol narra el viaje de Luis Alfonso, un universitario almanseño en Madrid que regresa a casa por Navidad. Ventayol nos transporta en un viaje en el tiempo en el que no sabemos si realmente nos hemos movido o nos han devuelto al blanco y negro a través del dial de la radio del coche del protagonista. Escrito con una estética brillante y apartemente inofensiva, el texto encierra una crítica feroz a los políticos que recortan en medios de comunicación y periodistas como símbolo del desmoronamiento del estado de bienestar.