La muerte de Paco Segovia, el que fuera alcalde de Villarrobledo y presidente de la Diputación de Albacete, sigue provocando escritos de despedida. Esta vez es el villarrobledense, José Eduardo López-Espejo. Uno de los empresarios más importantes de Albacete y presidente de ADECA el que lo recuerda.
Centenares de personas pasaron este viernes por el salón de plenos del Ayuntamiento de Villarrobledo para decir el último adiós a Francisco Segovia. El lugar donde se instalaba la capilla ardiente es el mismo en el que fue alcalde socialista de Villarrobledo entre 1991 y 2001. Paco Segovia -como todos le conocían- fallecía este viernes a los 69 años, en el Hospital General de su localidad, a consecuencia de un cáncer. Profesor de Lengua y Literatura, alcalde de Villarrobledo y presidente de la Diputación, era una de las personas más carismáticas que ha conocido la provincia de Albacete.
«Chicos, ¿Cómo se dice cuando nace un niño? –Dar a luz, profesor. – ¡Se dice parir!, chicos. Los eufemismos disfrazan el castellano. Hay que reivindicar las palabras tal y como son. Que una palabra suene fuerte no la hace mala, la hace castellana, nuestra. Es así, y así debéis usarlas».
«A fin de cuentas el legado vital de una persona se mide de muchas maneras y a mí me apetece medirlo a través de David y de Quico. Ellos son esas personas que han recibido de su padre una tremenda belleza personal, el saber estar, la educación y la inteligencia aguda que, según sé, disponía Francisco Segovia».
