La paz, la piedad y el perdón que nunca llegaron a La Roda
Javier Perea escribe que no habría mejor homenaje a La Roda y a los rodenses que levantaron la Iglesia, que respetar una obra única tal como fue concebida por nuestros antepasados, hace más de medio milenio, sin adherencias estridentes de pésimo gusto estético y notorio valor divisivo.