Estamos a menos de dos años para que se renueven los ayuntamientos y gran parte de los gobiernos de las comunidades autónomas y me da la impresión que los resultados no serán como los de las anteriores. El paseo que se dio el Partido Popular ya es cosa del pasado, han cambiado mucho las cosas: la reforma laboral, los sucesivos ajustes, el copago sanitario, los hachazos a las políticas sanitarias y educativas hace pensar que el resultado electoral de las próximas elecciones será totalmente distinto, ya que muchísimos votantes no esperaban esta sumisión a Alemania y este hacer cada día más pobres a los pobres.
No hablaremos de proyecciones electorales nacionales porque esos temas los dejaremos para los medios nacionales, pero sí nos centraremos en lo cercano, en nuestros políticos provinciales y autonómicos, ya que esos sí nos tocan muy de cerca.
Si hablamos del Ayuntamiento de Albacete, el deterioro electoral sufrido por Carmen Bayod es notable y se palpa en la calle, ya que las expectativas puestas en ella por votantes que nunca habían votado a los populares se han visto defraudadas notablemente. Puede abrirse un escenario muy distinto del actual, ya que el Partido Popular deberá de olvidarse de esta “mega mayoría” que disfruta, y como ciudad grande sufrirá los desgastes, tanto por su política local alejada del ciudadano, como la parte correspondiente de la política dura de ajuste y errática de Rajoy.
El PSOE como principal fuerza política de la oposición se encuentra en una posición privilegiada y debería de nombrar cuanto antes un candidato para la alcaldía albaceteña que fuese ya el referente contra la señora Bayod, ya que la alcaldesa, y es una opinión personal, se presentará a la reelección y ese puede ser un acicate y una muy buena noticia para el PSOE. Por todo ello los socialistas antes de fin de año, y con un año y medio de antelación, tendría que tener ya su candidato al pie del cañón capitaneando la oposición. Recuerdo los dos últimos años del popular Juan Garrido donde Manolo Pérez Castell se puso al frente de la oposición y ahí están los resultados.
El ascenso electoral que se vislumbra en Albacete en Izquierda Unida para que sea una realidad tendrán que acertar con su candidato y salir de las contradicciones programáticas en las que están inmersos. Da muy mala imagen aplicar una política en un municipio y toda la contraria en el vecino. En Albacete estamos en contra de la reforma laboral y en Chinchilla la aplicamos y machacamos a los trabajadores y no hablemos del papelón que están haciendo en Extremadura apoyando el gobierno popular.
UPyD también tendrá cosas que decir y todo dependerá de la designación de sus candidatos para Albacete, ya que la tendencia y el aire les viene de cara, a pesar de las meteduras de pata continuas de sus líderes nacionales como el sr. Cantó. Por todo ello el horizonte electoral está muy abierto y todo dependerá de cómo se diseñen los equipos electorales, y lo más importante los cabeza de cartel en los próximos meses.
Si hablamos de la región la cosa está mucho más clara, la Presidenta Cospedal ya ha dejado caer que se presentará y por ello en su partido están como locos intentando reducir el número de diputados regionales, modificando la Ley Electoral en la Región, quitándoles el sueldo a los Diputados, cambiando el número de estos en las provincias, anulando la prometida privatización de los hospitales y otras tantas medidas populistas.
La realidad es, que a fecha de hoy, el PSOE con Emiliano García Page al frente tiene todas las posibilidades de arrebatar la presidencia a Cospedal que pagaría su alejamiento de la región y su papel relevante en la política nacional abandonando a los castellano-manchegos. Nadie olvida el tema del “despido en diferido de Bárcenas”, su dedicación ínfima a la política regional o su política vengativa contra los que no piensan como ella.
Seguramente UPyD e IU entrarán en el parlamento regional, pero a fecha de hoy me da la impresión que no serán fuerzas determinantes todo dependerá de cómo se resuelva la reforma electoral.
Esta es mi pequeña impresión, sin entrar en profundidades que podríamos hacer pero que creo que no es el momento y que me da la experiencia del seguimiento de la política local y regional de los últimos veinticinco años. Los ciudadanos castellano-manchegos son fijos de sus ideales y de no ser con épocas de crisis muy severas como ocurrió en el 2011 no cambian así como así de la noche a la mañana su intención de voto. Esta es mi sincera opinión pero quedan casi dos años para las elecciones y puede cambiar todo, ya que como se dice por estas tierras “hasta segar todo es hierba”.