EQUO Castilla-La Mancha se posiciona en contra de la LOMCE y cree que hay que retirar este proyecto y comenzar un camino de consenso para nuestra educación, haciendo partícipes  a las ciudadanas y ciudadanos de su preocupación por el futuro de la educación en la región.

Las leyes educativas se han sucedido desde el comienzo de la democracia. Han acompañado a los gobiernos y han sido adaptadas a cada Autonomía. Ha habido mejoras evidentes y quedan o han surgido deficiencias también visibles.

La comparación con otros sistemas educativos ha forjado una imagen negativa y poco ecuánime de nuestra escuela pública. Los parámetros en los que se mueven estas comparaciones están casi exclusivamente basados en los resultados académicos, no en el grado de equidad, ni de atención a la diversidad, ni de desarrollo personal.

El actual gobierno central y el de Mª Dolores de Cospedal apoyan la LOMCE (Ley Orgánica para Mejora de la Calidad Educativa), la ley del ministerio de Educación, Cultura y Deporte que se está tramitando en el Congreso. Esta ley se fundamenta en la obsesión por la eficacia medible, apostando por el mercado como regulador de la educación de calidad. Se caracteriza por eliminar la mayor parte de la atención a la diversidad, vincular los resultados académicos a los recursos asignados a cada centro, reforzar la educación concertada y el papel de la Conferencia Episcopal, poner en manos de un escaso y poco apropiado tejido empresarial la Formación Profesional y reducir el Equipo de Orientación al mínimo.

Para colmo, no ha habido cauces abiertos suficientes para su debate previo y su tramitación en el Parlamento ha estado precedida por un sinfín de medidas caracterizadas por atentar contra la igualdad de oportunidades, desprestigiar la escuela pública y sus trabajadores y aprovechar la crisis económica para recortar los presupuestos destinados a educación, aumentar la ratio por aula, subir las tasas universitarias, etc.

Por todo ello, EQUO Castilla-La Mancha insta al Gobierno regional a:

• Replantearse el apoyo ciego a esta ley y sustituirlo por un debate abierto a toda la sociedad para sentar las bases de una ley duradera, partiendo de una escuela pública, equitativa, laica y que desarrolle una ciudadanía activa y consciente de su entorno.
• Desarrollar una escuela pública realmente laica (eliminando todo poder de la Conferencia Episcopal sobre el currículo y las decisiones educativas), digna, igualitaria e integradora.
• Luchar por el fortalecimiento de la Formación Profesional, no supeditándola al mercado actual y convirtiéndola en fuente de ideas y experiencias para el cambio de modelo productivo y de desarrollo.
• Apoyar la ciencia, la investigación y la Universidad, como medios para superar con éxito este momento crucial en la sostenibilidad de nuestra sociedad y contribuyendo al cambio de estilo de vida.