El más llamativo, el que ha visto la sección Segunda de la Audiencia Provincial desde el lunes, es el de una mujer que asegura que cuando le dijo a su marido que quería separarse de él la cogió en brazos la llevó al dormitorio y la violó mientras la mujer le rogaba llorando que parara. Esto habría ocurrido en mayo de 2012. En noviembre del mismo año la habría abordado de nuevo en el baño para agredirla sexualmente cuando salía de la ducha. Agresiones y más violencia. Le amenazaba con quitarle a sus hijas o con conseguir que la echaran del trabajo. Le impedía utilizar el coche con el que trasladaba a las niñas siendo consciente de que una de ellas apenas puede moverse porque padece una parálisis cerebral. Todo esto es, claro está, parte del relato de la víctima y lo que se recoge también en el escrito de acusación del fiscal, porque el hombre, en el juicio, ha negado haber agredido a la mujer. Está acusado de dos delitos de agresión sexual, de un delito de coacciones y otro de amenazas en el ámbito familiar. Se puede enfrentar hasta a 22 años de cárcel.
Es el más grave, o el más llamativo, pero es uno más de la docena de asuntos que llegan esta semana a los juzgados de Lo Penal de Albacete. Desde que entró en vigor la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género el 29 junio de 2005 ha aumentado considerablemente el número de casos de malos tratos que llegan a estos juzgados. Se achaca a que las mujeres se sienten más protegidas y denuncian más, a que hay más instrumentos legales para enfrentarse a esta violencia machista o, simplemente, a que ahora hay conductas que si se realizan hacia la mujer por parte de su pareja son delitos y antes sólo eran consideradas faltas. Faltas siguen siendo para “el menoscabo psíquico o lesión” que no constituyen delito para los demás casos. Todo depende de la relación entre el agresor y su víctima. Esa víctima, según el Código Penal debe ser “esposa, mujer ligada a varón por análoga relación de afectividad aun sin convivencia, o persona especialmente vulnerable que conviva con el autor”. Y la pena que se impone por este menoscabo psíquico, lesión o “malos tratos de obra” va de seis meses a un año de prisión.
Lo más frecuente es ver sentado en el banquillo a la ex pareja de una mujer que la ha maltratado, con golpes y amenazas. Buena parte de estos casos, como el que se ha visto en la Audiencia de Albacete, se dan al tratar de romper una relación. Como ejemplo, esta semana hay previstos cinco casos similares en los juzgados de Lo Penal de la capital. Para el lunes, dos juicios. Uno de los casos es un vecino de Hellín, acusado de golpear en el cuello, las manos y la cara a su pareja sentimental cuando ésta le dijo que le dejaba. También la amenazó a través del móvil. El otro caso, un vecino de Liétor que le dijo a su esposa, según el fiscal, que era “una puta, una zorra y que no hacía nada” y además la emprendió a puñetazos con su hija de 14 años.
Mujeres en el banquillo por maltrato familiar
Son el pan de cada día de los juzgados. Lo que no es tan frecuente es ver sentada en el banquillo a una mujer por maltrato familiar. Y eso es lo que tenía previsto para el martes el juzgado de Lo Penal número 1 de Albacete. El caso es el de una mujer acusada de haber abofeteado en la cara a su ex pareja sentimental, otra mujer, tras discutir con ella en el bar donde trabajaba. Sin duda, hay y habrá debate sobre la equiparación de las parejas homosexuales a las heterosexuales en la aplicación de una ley que se hizo, según dice su propio texto, para luchar contra la “violencia de género” como “una violencia que se dirige hacia las mujeres por el hecho mismo de serlo. Por ser consideradas por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión”.
¿Hay que entender, pues, que lo que se protege es sólo la violencia de hombre a mujer, o, simplemente cualquier relación en la que se de esa situación de desigualdad hacia la mujer, en una relación afectiva, es suficiente? En este caso el fiscal apuesta por lo primero en el sentido de que quiere que se aplique un supuesto del delito que conlleva menos pena porque protege, cuando se da lo mismo, ese menoscabo psíquico o lesiones que no sean delito, a otras personas cercanas a quien ejerce la violencia, pero que excluyen la relación de pareja hombre-mujer. Entendemos que se trata de lo que la ley llama “persona amparada en cualquier otra relación por la que se encuentre integrada en el núcleo de su convivencia familiar”. La diferencia es que en este caso la pena que se impone a quien ejerce la violencia va de 3 meses a un año, es decir, puede suponer tres meses menos de condena que en el caso de las “esposas y parejas en relación similar con varón”. Cuatro meses de cárcel pide el fiscal por esta bofetada, además de que se prohíba a esta mujer acercarse a su ex pareja durante un año y medio.
Para el miércoles, otros tres casos. Otro hellinero acusado de lesiones y amenazas en el ámbito familiar porque le lanzó una olla a su esposa durante una discusión. Como la mujer pudo esquivarla cogió un cuchillo de cocina y la amenazó con cortarle el cuello. Y un vecino de Elche de la Sierra, también con juicio señalado por tratar de agredir a su pareja y arrancarle de los brazos a su hija pequeña. Hubo también, según relata el fiscal en su escrito de acusación, amenazas para ella y para los agentes de la policía que evitaron que la agresión fuera a mayores. El tercer asunto, un hombre que se encontró a su ex pareja en un bar de la capital y después de insultarla la emprendió a puñetazos con ella.
Son todo casos similares, muy frecuentes en los juzgados y que normalmente muestran la punta del iceberg de situaciones de maltrato más o menos prolongadas. Otro de los delitos más frecuentes relacionados con las relaciones familiares tiene que ver con incumplimientos de órdenes de alejamiento o de comunicación con las víctimas. Para esta semana los juzgados de la capital tienen previsto dirimir al menos tres: el de un hombre que espiaba escondido tras una furgoneta a su mujer cuando esta estaba trabajando; el de otro que llamó por teléfono a su ‘ex’ cuando tenía prohibido comunicarse con ella; y el de un acusado de abordar en la calle y amenazar al hijo de su antigua pareja cuando pesaba sobre el también la prohibición del juez de comunicarse con ellos.
Violencia sobre madres o hermanos
Lo que puede no parecer tan frecuente son los casos de maltrato familiar que no tienen que ver con relaciones de pareja. Están algo menos protegidos, en el sentido de imponer al violento una pena algo menor, que los casos de violencia machista, pero la ley también considera delitos conductas hacia familiares que si se hubieran realizado contra otras personas, sin esa relación especial, serían muy poco graves y castigadas en todo caso como faltas.
Es difícil imaginar cómo se llega a que un hijo tenga una orden de alejamiento de su madre pero esos casos se dan también en casa, también en la provincia. El que está previsto que pase esta semana por los juzgados de Albacete, el viernes, es el de un hombre que tenía prohibido acercarse a menos de un kilómetro de distancia de su madre y sin embargo la abordó y discutió con ella en Villaverde de Guadalimar en agosto del año 2006.
Otro hijo está previsto también que se siente el jueves en el banquillo de los acusados del Juzgado de Lo Penal número 3 de la capital por, sin motivo alguno según el fiscal, entrar en el dormitorio de su madre y emprenderla a golpes con ella. También habría discutido y golpeado en varias ocasiones a su hermano, según se relata en el escrito de acusación. Y otra pelea entre hermanos que llega a los tribunales es la protagonizada por un vecino de la capital que está acusado de agredir a su hermano en la cabeza con una muleta tras una bronca con él. Lo mandó al hospital y aún le quedan cicatrices según dice el fiscal. Este juicio está previsto para el viernes en el Juzgado de Lo Penal número 2.