Licencias de TDT guardadas en un cajón

No hay espacio para los periodistas en la nueva televisión digital

  • En gran parte de los pueblos no llega bien la señal de TDT
  • Empresas que se disputaron una licencia de TDT y que ahora la tienen guardada en un cajón

Miguel Ventayol

Puede que tú fueras uno de esos que, como yo, pensara que con las nuevas televisiones digitales empezaríamos a ver más y mejor televisión. Puede que tú fueras uno de esos que pensó que empezaría a existir variedad y calidad, lejos del dominio de las cuatro cadenas mayoritarias.

Incluso puede que tú, como yo, fueras de los inocentes que pensamos que aparecerían nuevas televisiones locales, provinciales y regionales que darían voz y contenido a lo que sucede en nuestros pueblos: Riópar, Elche de la Sierra, Pozohondo, Tinajeros, Alcalá del Júcar o Villarrobledo.

Primero nos obligaron a comprar un aparatito para ver la tele, sólo para verla. ¡Cuántas antenas, cuántos receptores, cuántos euros, cuántas cadenas de televisión nuevas!

Porque es cierto, existen un montón de cadenas nuevas. Pero, ¿cadenas de verdad?

¿En serio era necesario pagar una tele nueva, un receptor nuevo, una antena nueva para ver cinco cadenas de televenta?

Fue necesario pasar un filtro tremendo antes de obtener licencias para emitir en digital. De hecho decenas de asociaciones y entidades sin ánimo de lucro se quedaron sin la posibilidad de llevar a cabo sus proyectos porque no cumplían requisitos imposibles, hechos a medida de grandes empresas. Incluso entidades de cierto calado no pudieron acceder a ellos.

Requisitos que, al parecer, sí cumple la chica que vende una aspiradora, el tipo que echa las cartas o el guapo que abdominales.

¡Se concedieron licencias para emitir en digital! ¿Alguien sabe cuántas televisiones emiten en la provincia de Albacete?

Desde un punto de vista inocente y simplón es sencillo: si no emiten, cedámosla a quien tenga un proyecto. ¿No es cierto que en plena crisis hacemos cosas por los demás, somos altruistas y desinteresados?

Cedamos espacios a esos periodistas que están en paro. A lo mejor a ellos se les ocurre qué hacer. A esos artistas de la provincia de Albacete, los que emigran para hacer vídeos, cine, cortometrajes, pintura, arte en cualquiera de sus aspectos.

Quizás a ellos se les ocurriría algo creativo e interesante. ¡Sin estafar a nadie! Sin ofrecer la salvación a cambio de 1,3 euros el minuto. Sin engañar a personas con la falsa esperanza de un familiar hablando desde el más allá.

La tele es el alimento de la mayoría de las personas en Albacete. De hecho, en algunas localidades apenas se ven unos cuantos canales. Aunque hayan cambiado la antena, la tele, y el aparatito. Aunque paguen por la tele moderna, no la ven.

Porque el engaño digital no fue sólo la venta de aparatos, sino la estafa de los canales que no se veían.

Por eso cuando se cierra una televisión más, en este caso Canal 9, amenazan con cerrar TeleMadrid o privatizar Castilla-La Mancha Televisión, la mayoría de las personas no se echarán las manos a la cabeza. Se limitarán a quedarse un poco asombrados cuando vean a la bruja Lola o Juana tratando de estafarles. Entonces cambiarán de canal, del 10 al 9 y de ahí al 8, el 7 o el 6, porque a la mayoría de las personas les dará igual.

El despido de personas en Canal 9 puede doler, pero ha pasado a la historia.

Como historia es que en Albacete se viera CNC, CRN, ABTEVE, o Visión6.

Nadie más tuvo oportunidad de hacer televisión en la provincia. Ni tener un espacio de difusión y opinión.

No tuvieron oportunidad Cáritas, Cruz Roja, o Asprona; no tuvo oportunidad FEDA, ni los empresarios de Campollano. No tuvo oportunidad el Albacete Balompié.

No tuvieron oportunidad las decenas de técnicos, presentadores, o cámaras, de hacer televisión de verdad, documentales, series, cortometrajes, música en directo, historia de la provincia de Albacete.

Esas mismas personas que luego promocionan sus proyectos a través de Internet, en su tiempo libre, después de salir de su trabajo de comercial en Vodafone, o de reponedor en el Día.

Hubo  una estafa y yo, como muchos otros, me dejé estafar.

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