Esta semana millones de personas miran a la «Nación del Arco Iris» con tristeza y expectación, los funerales han sido un evento internacional. Aunque, para qué negarlo, en la población pequeña donde él reside “la gente sigue su ritmo, su día a día. Cada cual mirará hacia su entorno, y a su base, que es el trabajo, para quien lo tiene”.
José Luis vive en un lugar donde no existe la contaminación lumínica y una persona puede sentarse a escuchar la radio o leer un rato mientras contempla un firmamento distinto al que pueda contemplarse en cualquier otro lugar. “Un cielo increíble”.
El cielo de Nelson Mandela.
Cambiar de costumbres se puede convertir en un revulsivo personal y social, tomar conciencia de la inutilidad del ritmo frenético occidental “en eso aprendes mucho de la gente de aquí, te conformas con lo básico. Sinceramente te sorprende, es algo más humano en cuanto al contacto, al dialogo y a las preferencias”.
Unas gentes y un lugar que vio nacer, crecer y consolidarse a uno de los líderes sociales más emblemáticos del siglo XX, cuya impronta ha marcado a un país y al mundo entero.
GRANDES FASTOS, PEQUEÑOS HOMENAJES
Sudáfrica es un continuo homenaje a Madiba. La radio, la televisión, cualquier parte a donde mires, “lo que consiguió, el repaso a su vida, lo agradecida que está la gente”.
Hay actos que podrían pasar desapercibidos para el mundo, embobado y obnubilado con las estrellas, políticos y curiosos que se han desplazado al país, pero José Luís asistió a una conmemoración donde “300 personas guardaron 10 minutos de silencio por su muerte el pasado viernes”. Un sencillo acontecimiento que impactó a este roblense, admirado ante la figura política y humana que cambió la vida de sus conciudadanos.
Allí en Sudáfrica en el trabajo se habla del aprecio que sentían por Mandela; personas que conocieron al activista preso y al presidente, “me han hablado de cómo su forma de ser y su forma de actuar, al llegar a la presidencia, fue crucial para no apartar del todo a la gente blanca e integrar a la de color. Piensan que si hubiese sido otra persona, se habría volcado con la mayoría de color, y habría creado un caos social y económico”.
Como es conocido, y José Luis Navarro nos explica, la base europea de los sectores económicos posibilitaron e impulsaron al país sobre el resto de países del entorno “Mandela quiso respetarla y apoyarse en ella a la vez que integrar a la mayoría de color en ella”.
La imagen que tenemos muchos de nosotros está ligada, como le sucede a José Luis, al cine, la música o la literatura. Películas como Grita Libertad vistas con los ojos de adolescente en el Instituto Virrey Morcillo “me marcó, me empezaron a atraer noticias en la tele. Escuchar hablar sobre Botha me provocaba un mal sabor de boca. Tengo en la mente también a De Klerk y todo lo relacionaba con el Apartheid”. Aunque el punto de inflexión fue “el concierto en favor de la liberación de Mandela. Después las imágenes de su liberación”.
Son los referentes visuales y emocionales de toda una generación.
AGACHAR LA VISTA O CONCENTRARSE EN EL FUTURO
A pesar de las tremendas diferencias que existen a nivel económico y social “se nota que todo el mundo está mas nivelado en cuanto a derechos de los trabajadores” (los sindicatos disponen de un gran peso específico), “ayudas a clases menos favorecidas o en zonas de chavolas donde tienen los mínimos recursos, y subsisten con aportaciones del gobierno” (agua, electricidad, sistemas de agua caliente mediante paneles, etcétera).
Queda mucho camino por recorrer, “el salto que este país ha dado impulsado por Mandela es algo increíble, pasará mucho tiempo tanto antes de que alguien como él aparezca de nuevo en el mundo”.
Cuando aterrizó en su nuevo destino laboral, este manchego descarado asaltó al conductor con un sincero: “¿Como está Sudáfrica ahora, tras el mandato de Mandela?”. El chófer le miró sonriendo a través del retrovisor y dijo: «Lo que Mandela consiguió es que todo el mundo pudiese estudiar, ir a un colegio, sacarse un carnet de conducir. Como yo. Solo con eso nos ha permitido tener un trabajo y dignidad».
El legado de Nelson Mandela.