Pasado el ecuador de la legislatura los políticos profesionales comienzan a ponerse nerviosos. En Villarrobledo, los integrantes de CIVI quieren recuperar la posibilidad de mantenerse en el poder, a pesar de haber traicionado públicamente los intereses de decenas de trabajadores municipales del Ayuntamiento -represaliados- y también a los ciudadanos que depositaron su confianza en ellos y que han comprobado como han apoyado las políticas más dañinas del PP.
La espiral de odio en la se ha metido CIVI ha puesto de manifiesto cuáles eran los verdaderos intereses de sus integrantes, que iban más allá de una venganza personal contra el que fuera alcalde de Villarrobledo, Pedro Antonio Ruiz Santos. Han dejado claro que esa era la excusa y que lo que realmente buscaban era venderse al Partido Popular a cambio de buscar su acomodo y su beneficio personal.
Una actitud que se ha demostrado porque no les ha temblado el pulso a la hora de lavarse las manos en la caza de brujas protagonizada por el equipo de gobierno del PP, liderado por Valentín Bueno.
En un intento de huida hacia delante, hace año y medio, José Antonio Cabañero presentaba la plataforma UCIN en la que pretendían sumar a los pequeños partidos de pueblos de Castilla-La Mancha. Una plataforma que no ha conseguido ganar adeptos y podría ser la razón por la que intentarían aprovechar ahora el tirón de Albert Rivera para presentarse como la alternativa política de PP, PSOE e IU para las próximas elecciones municipales de 2015.