De cómo montar un partido político en Albacete

«La escobilla, la gran olvidada»

Miguel Ventayol

¿Cuántas veces al día suele ir al cuarto de baño?

Podríamos hablar de fibra, de buen y de mal humor y de anuncios curiosos de cereales. Incluso podríamos ponernos escabrosos y explicar tamaños, colores y olores.

¡Eso es lo que haremos!

En una tertulia de café, cuatro personas de mediana edad, albacetenses de puro ejque hablaban de emprendimiento.

-Lo mejor, el tráfico de drogas.

-No, no, poner una clínica sanitaria o una clínica dental.

-Sí, sí, la sanidad tendrá unos años buenos, pero cuando vengan los otros, veremos qué sucede.

-Una frutería, o una peluquería, clásicos que nunca fallan.

Siguieron hablando un rato frente a cafés apurados, ofreciendo ideas, ideas al azar. Los especialistas lo llamarían brainstorming, en Albacete lo llamamos cajcar.

Entonces uno de ellos dijo: “Dejaos de historias, lo más conveniente hoy por hoy, es montar un partido político, más seguro, legal, se gana más dinero y, hagas lo que hagas, te librarás de la cárcel. Además, la mayoría ni paga impuestos”.

Después de un leve silencio, todos asintieron con la cabeza.

Decidieron montar un partido: Partido Independiente de Albacete, PIA.

Mandaron varios guasas, mensajes y algunos correos y recibieron respuesta. Ellos sabían de emprendimiento pero no de montar un partido, hacer unas elecciones o diseñar una campaña. Antes de empezar con los orujos habían obtenido siete respuestas de siete albaceteños de pro, de renombre (porque en Albacete algunos tienen renombre, incluso firma) y  reputación impolutos.

Las respuestas procedían de antiguas firmas de periódicos desaparecidos, concejales venidos a menos, exdiputados en la diáspora, sindicalistas sin hueco en la calle Mayor y antiguos militantes de asociaciones.

-¡Todos quieren colaborar! -Gritaron emocionados pidiendo más orujos.

El PIA empezó a funcionar, comenzaba su andadura un partido político cargado de ilusión, renovador, con ganas de decir cosas nuevas, y hacer cosas nunca hechas. No incluirían la palabra salvadores en los estatutos a pesar de que algunos la propusieran.

Pasados varios cafés y otras tantas reuniones, de los componentes originales del brainstorming, sólo uno figuraba como miembro fundador y componente de la primera ejecutiva. Del resto nada se sabía.

Convocada la primera asamblea, se decidiría cambio de estatutos y cambio de nombre, porque PIA…; PIA no resultaba tan serio como ellos, los salvadores…aunque no lo incluyeran en los estatutos.

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