12 de junio de 2013 - 12 de junio de 2024

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años de periodismo
IX Jornadas del duelo en Albacete

La asociación Talitha reúne a cientos de personas en la Fábrica de Harinas

Miguel Ventayol

La vida tiene certezas, la más irrenunciable, la muerte. También lo sabes, sabes que duele, sabes que viene, sabes que te acercas pero no la miras, ¿qué necesidad? Pero aparece. A veces de manera tan repentina que te deja desolado, abandonado, desmadejado, hundido.

Como me ha sucedido a mí le ha sucedido, le sucede y sucederá a miles de personas al año, y no es tan sencillo llevar esa carga a diario. Por eso el trabajo de una asociación como Talitha, que presenta sus IX jornadas de duelo, es tan importante.

No te van a ofrecer la salvación, no te van a ofrecer un milagro, sólo te ofrecen lo que son, un grupo de familias que han perdido a un hijo, a una hija, de manera repentina. 120 familias albaceteñas de los más diversos rincones y condiciones personales, reunidos en torno a cómo mitigar el dolor, mitigarlo, sobrellevarlo, compartirlo.

CARTEL

El próximo sábado día 29 de marzo desde las 10 h. hasta las 20 h. en el salón de actos de la Fábrica de Harinas centenares de familiares y profesionales del ámbito socio sanitarios se reunirán para debatir y tratar este duro asunto, al que llamamos duro porque duele, pues se trata de acontecimientos en la vida de muchas, muchísimas personas.

Como nos explican desde la asociación, Talitha inició su trabajo en 2005, surgió de una necesidad terrible: seis matrimonios decidieron reunirse para compartir la experiencia de la pérdida de un hijo y darse apoyo mutuo.

Cuentan con grupos de autoayuda, trabajo psicológico, participan en programas conveniados con el Teléfono de la Esperanza, llevan a cabo las más diversas actividades, que tienen su punto de reunión masiva en las Jornadas de duelo celebradas anualmente. Un momento para darse a conocer a las personas que aún no conozcan la asociación, y concentrar en varios días ponencias de una calidad indudable.

Allí vas a encontrar muchos oídos abiertos. Y muchas sonrisas compartidas; que no están reñidas con el dolor y el duelo (al menos no siempre).

PROGRAMA

miguel ventayol, talitha