La verdadera importancia de los mensajes la conocen quienes los repiten una y otra vez y consiguen que calen en sus enemigos, contrincantes o adversarios.El contenido es lo de menos.
Un niño le dice a su madre:
-Mamá, mamá, qué buena la paella, ¿puedo repetir?
-Claro, hijo, claro. Repite.
-Mamá, mamá, qué buena la paella, ¿puedo repetir?
Los periodos electorales, aunque os parezcan eternos, son cortísimos. De manera que si consigues colar un mensaje al adversario, al público y a los medios de comunicación, tienes varios días para rascarte la barriga y preparar el siguiente asalto, que puede ser otro mensaje idiota con que saltar al próximo domingo.
Eso sin tener en cuenta que el viernes y el sábado no cuentan a nivel electoral en España porque todo el mundo, ¡todo el mundo!, estará más pendiente de lo que sucede en Lisboa, un pequeño pueblecito manchego con vistas al Atlántico, que se juega mucho en Europa.
Así que en Albacete, como en el resto de pueblos de España, es fundamental conocer, memorizar y repetir los mensajes.
Eso sí, los propios. Si repites los del enemigo, rival, contrincante y adversario, has perdido de antemano.
Estas cosas que digo no me las estoy inventando, no. Lo enseñan en las academias de Asesores de la calle Mayor, la calle Pedro Coca, la calle Muelle, el paseo de la Cuba. Una de las primeras lecciones es que los otros tienen que jugar en tu campo, tienen que repetir lo que tú dices, así te manejas mejor y no das opción a los argumentos del rival.
Pongamos por ejemplo que un día te dan un soberano repaso en la tele, en el debate electoral de solo dos equipos, recordemos, solo dos equipos.
Eres el candidato ganador, del equipo ganador y te dan un repaso. Lo ven cuatro gatos pero lo sabe y lo dice todo el mundo.
¿Qué hacen tus asesores?
No se preocupan de tu programa, eso es de novatos. Se preocupan de que lo primero que digas al día siguiente sea algo tan hiriente, tan fuera de lugar, tan chavacano incluso, que centre el mensaje de medios de comunicación y rival al día siguiente, de hecho durante varios días.
Varios días en la campaña electoral son mucho tiempo.
Conseguido.
Mientras, el PSOE se lanza ahora a decir que el tipo que vino a Albacete es un machista y lo único significativo que hizo fue hablar de agua, ¡toma ya! y hacerse una foto en el AVE con unas mujeres en una despedida de soltera.
El tipo que vino a Albacete y mencionó el campo y el agua no se ha despeinado porque un asesor de los buenos te dice: mensaje, mensaje, mensaje. ¡Qué importa el contenido! Centrarse en el contenido es de novatos en esto de la política. «Mamá, qué buena la paella, ¿puedo repetir? Claro hijo, repite. Mamá, qué buena la paella, ¿puedo repetir?»
Fíjate si quieres, no hay que se ser muy listo.
Los mensajes son del tipo «padre que me toca Roque, Roque, tócame».
Todos quieren ser Roque, pero no es sencillo.
En este caso, la jugada está clara, hay un partido que sigue al otro, hay un partido que se siente moralmente ganador. Pero la moral no gana elecciones, por más pueblos de la provincia que visite.
Hay quien dice que las redes sociales son importantes, hay quien dice que controlar los medios de comunicación es importante, pero en las academias de Asesores citadas recuerdan que mejor si te hinchas a hacer kilómetros por pueblos y pueblecitos, mejor si cuelas un par de mensajes con gancho.
El resto son solo ‘foticos’, comilonas, kilómetros y, ¡nos vemos en Estrasburgo!
Post scriptum: para algunas personas hacer kilómetros durante esta campaña de las elecciones europeas no es sino un calentamiento para que, cuando lleguen las elecciones buenas, las regionales, locales y estatales, los conozcan en cada pueblo, en cada rincón de Albacete. Es un buen momento de hacer alianzas con partidos locales, es un buen momento para sopesar lo que necesitan y lo que se puede prometer. Es un buen momento para viajar y conocer qué tiene el contrincante y qué tienes tu equipo.