“Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas, sostener simultáneamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas; emplear la lógica contra la lógica, repudiar la moralidad mientras se recurre a ella, creer que la democracia es imposible y que el partido es el guardián de la democracia; olvidar cuanto fuera necesario olvidar y, no obstante, recurrir a ello, volverlo a traer a la memoria en cuanto se necesitara y luego olvidarlo de nuevo; y, sobre todo, aplicar el mismo proceso al procedimiento mismo. Esta era la más refinada sutileza del sistema: Introducir conscientemente a la inconsciencia y luego hacerse inconsciente.”
Tanto a los amantes de la lectura como los que no lo son tanto el párrafo anterior les sonará de algo. A los primeros porque se trata de un fragmento que escribió hace más de 50 años el visionario George Orwell, pero a los que no se han leído la novela también les resultarán familiares los sentimientos encontrados en este monólogo del protagonista.
Y es que existen tantas similitudes en estos tiempos, como dice Ana Cuevas, “de cólera” con el libro que a veces pienso que soy (somos) el propio Winston.
Orwell acuñó el término de la ‘neo-lengua’, en lo que considera la mayor radiografía del fascismo. Bajo este concepto se denunciaba cómo los poderes fácticos usaban el lenguaje para controlar y manipular a la ciudadanía usando palabras que significaban justo lo contrario y estaban concebidas para que su verdadero significado se olvidara.
¿Recordáis cuando hablaban de ‘recesión económica’ en lugar de llamarla ‘crisis’? ¿Recordáis que hablaban de ‘externalización de servicios sanitarios’, cuando en realidad se trata de un desmantelamiento feroz y progresivo de el sistema de sanidad públicos? O cuando la devota ministra de Empleo habla de ‘movilidad exterior’ para no nombrar la vergonzosa ‘fuga de talentos’.
Sí, amigos y amigas, también la neo-lengua de la que habla el escritor está profundamente arraigada en los actuales gobiernos. Tanto lo están que sobrepasan al mismísimo nombre de los ministerios. Seguro que os resultará curioso que tengamos un Ministro de Educación mal educado, un Ministerio de Trabajo que destruye empleo y un ministro de Justicia que es injusto con las mujeres.
Se puede extrapolar al caso de la ciudad donde nací donde tenemos a un concejal de Cultura inculto, un concejal de Personal sin un ápice de habilidades personales y una teniente alcalde que tiene mucho de teniente y más de alcalde que el mismísimo alcalde.
Opino como Orwell y veo los eufemismos como herramientas fascistas para engañar al pueblo.
El lenguaje político e informativo se caracteriza por el uso de imágenes viciadas y falta de precisión porque la prosa política (que es la misma que utilizan los grandes medios de comunicación) está concebida para hacer que las mentiras suenen a verdad.
Lo vemos a todas horas: en el desayuno, la comida, la cena… Tertulianos criminalizando movimientos sociales, socialistas que dicen ser republicanos pero que en realidad son más papistas que el papa, políticos que llaman a los votantes de Podemos ‘frikis’…
Los vemos incluso en los medios de comunicación que al parecer son la cara amable. Aún recuerdo al que para muchos es un buen comunicador, como Buenafuente ridiculizar a un presidente latinoamericano, recuerdo la osadía que tuvo al decirlo que no hiciese el ridículo. Se trataba del amado y a la vez odiado Hugo Chávez, que lo único que hizo en esta ocasión fue cantar una ranchera junto a su homólogo mejicano. Se olvidó el respetable comunicador emitir el vídeo en su totalidad, donde Chávez en una asamblea participativa y posterior discurso, en el que el comandante reveló los nuevos y esperanzadores datos de índice de desarrollo humano que dio Venezuela. Donde Chávez habló de los niños y niñas que se habían escolarizado ese mismo año, también habló de las viviendas sociales que se estaban construyendo y de los recursos que se estaban haciendo públicos, como el de las eléctricas.
Recientemente los medios españoles publicaban falsas imágenes de las revueltas callejeras en Caracas que después se demostraron que eran fotos pertenecientes a conflictos Sirios. ¿Qué intencionalidad existe en todo esto? Porque está claro que existe una intención, oscura, siniestra y sobre todo poderosa. Una noticia que se cuenta mal es un atraco a mano armada.
Y es que la información nace y se comercializa en los grandes poderes que puede que ni siquiera residan en nuestro país y es que por desgracia la prensa tuvo y tiene intereses oscuros en detrimento de muchos líderes latinos, si no, no entiendo porqué la inmensa mayoría de españoles han llamado tirano a Chávez y ninguno de los que ha hablado tiene claro los conceptos básicos de la cultura y valores latinos y mucho menos idea de sus estructuras políticas.
Orwell escribió esta novela ficticia plasmando una visión exagerada de como para él eran los medios de comunicación de por aquel entonces pero, por desgracia, no distan mucho de los que actualmente tenemos en España, más aún en televisiones públicas.
Podemos poner ejemplos claros de lo que se ha convertido en un circo de manipulación y desvergüenza periodística, que ya ni se esconden en disimular, como en la Televisión de Castilla-La Mancha, en la que muchos periodistas han señalado que sufren censura y manipulación por parte de la directiva de Cospedal. Podríamos llamarla ‘Tele-Cospe’, o ‘Tele-Peineta’ o ‘Tele-Toro’, pues a estas tres cosas se reducen los contenidos que emiten y en la que el atrezzo de las películas del oeste que ponen por las tardes parece más real que sus propios informativos.
No solo en estas palabras quiero homenajear a Orwell, que curiosamente un 12 de junio de 1949 publicaba esta famosa novela 1984. Homenajeo también a ‘Albacete Cuenta’ por hacer periodismo de raza y por cumplir las seis premisas de este escritor para hacer del periodismo, simplemente lo que es: PERIODISMO, en mayúsculas.
Les homenajeo por publicar sin censura la palabra de gente como yo, a las que nos mueven las inquietudes de cambiar un sistema injusto. Homenajeo al periodismo de los ciudadanos y no al de los poderes oscuros e implícitos.
Un año hace que curiosamente también tal día como hoy empezaron a fluir las palabras en este medio. Un año diréis muchos y muchas que es insignificante.
Cuando estuve en República Dominicana, la fiscalía llevo a nuestro centro de acogida unos gemelitos casi recién nacidos al borde de la muerte debido a la desnutrición. En menos de un año les vi revivir, les vi crecer sus primeros dientes, les vi dar sus primeros pasos, oí sus primeros balbuceos que poco a poco fueron convirtiéndose en palabras, les vi caer al suelo y les vi levantarse. Un año es suficiente para conocer la naturaleza de un movimiento como el de este medio. ‘Albacete Cuenta’ no es sino esos niños sobreviviendo a la tiranía y las injusticias del sistema que les rodea, dando sus primeros pasos, puliendo sus primeras palabras, recobrándose en sus caídas para seguir creciendo cada día más fuertes y emancipados
Muchas gracias por darme la palabra.