Luego de la victoria del PP en el año 1996 y su gestión de Gobierno hasta el 2004 se vino repitiendo el famoso mantra de que la derecha gobernaba y gestionaba mejor que la izquierda, ¿por qué? Aznar gobernó una época de bonanza económica en el contexto internacional y en España la economía marchaba bien, había empleo, se construía y se consumía. Rodrigo Rato se nos vendía como el más preparado y más brillante de los economistas del mundo, que con su gestión y la de José María Aznar habían limpiado España de corrupción y la habían encarrilado en la senda de la prosperidad y la modernidad. El mantra se construyó en torno al mencionado contexto internacional y entorno a un modelo de desarrollo disparatado y nada sostenible que hoy, casi 10 años después, nos ha estallado en la cara. Todo ese cliché del milagro económico de Aznar se ha desmoronado y se ha venido abajo como un castillo de naipes, aunque algunos –cada vez menos eso sí- siguen repitiéndolo como si los acontecimientos que hoy suceden en España no tuviesen nada que ver con la gestión de la época Aznar, o como si la cara más visible de ese (no) milagro económico no estuviese imputado por los delitos de falsificación de cuentas, administración desleal o apropiación indebida entre otros.
La burbuja inmobiliaria fraguada bajo la época de Aznar se juntó con la burbuja de ensueño que crearon los conservadores alrededor de los gobiernos Aznar, pero igual que estalló una ha estallado la otra. El tiempo nos ha revelado que el (no) milagro económico de Aznar se basaba en que un aparejador cobrase más que un médico, o en que alguien sin formación abandonase sus estudios para ganar ingente cantidad de dinero de albañil; ahora esos jóvenes están sin formación de ningún tipo y en el paro, un drama difícil de encarrilar.
Pero si en el plano económico todo se ha venido abajo, los acontecimientos más complicados a los que tuvo que hacer frente el Gobierno Aznar fueron gestionados de las maneras más desastrosas que se recuerdan en política. El escándalo bochornoso e impresentable de entregar a las familias del Yak-42 cadáveres que no eran los de sus familiares –el Ministro responsable tiene como premio de Rajoy ser embajador en Londres-, los hilillos de plastilina que carecían de importancia y que acabaron convirtiéndose en la mayor catástrofe medioambiental de la historia reciente –su responsable es hoy Presidente del Gobierno- el encaprichamiento de Aznar en que España estuviese en las Azores, que provocó un desastre sin precedentes en Iraq y Oriente Próximo donde todavía hoy, o incluso hoy más que nunca, el país corre grave riesgo de desintegrarse.
¿Y por qué todo esto ahora? No, porque la gente se sorprende que ante la crisis del ébola la Ministra de Sanidad se esconda, y desde el propio Gobierno asuma que es mejor que la Ministra esté debajo de las piedras para no aumentar la alarma. El otro día por fin la vimos, y solo le faltó preguntar si el ébola era un personaje del Señor de los Anillos.
Pésimos gestores, fundamentalistas católicos, e incapaces comunicativamente. Eso es todo lo que nos tiene que ofrecer la derecha patria.