Es la palabra de moda y mucho cuidado con que te llamen así: ya te habrán etiquetado.
Las palabras son etiquetas, las etiquetas son el esquema mental simple y sencillo con el cual funcionamos la mayoría de las personas.
En comunicación lo saben bien, lo usan mejor y lo exprimen de maravilla.
“Casta, eso sois todos, casta”. ¿Qué significa cuando me llamen eso?
Como cualquier persona de bien, me tiro de cabeza al diccionario:
- Ascendencia o linaje.
- En la India… (uh, en la India. No nos interesa)
- En otras sociedades, grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás por su raza, religión, etcétera. (Ah, en otras sociedades, menos mal).
- Especie o calidad de algo. Esto no tiene nada que ver con nosotros.
- En una sociedad animal (…) (¿Una sociedad animal? Me lo pone a huevo el diccionario pero no caeré en la trampa)
Vaya.
El diccionario no me soluciona nada.
Me voy a Internet, porque el diccionario no se entera. Después de pasarme mis buenos veinte minutos disfrutando con las imágenes de Laetitia Casta (que me perdonen las señoras y señoritas, no soy yo, es Google), encuentro un interesante artículo de David Locoesta de Attac (no lo enlazo no sea que la nueva ley de protección de datos nos cierre la web) donde explica que casta solo lo usaba UPyD; luego se lo apropió Podemos. Ahora podrían llamar casta a UPyD sin miramientos porque Podemos sale más en la tele que UPyD.
La clave: es un término ambiguo y algo desfasado. Pero si te dicen facha, si te dicen rojo, si te dicen comunista, si te dicen casta, si te dicen coletas, si te dicen derechoso, ya está. Alguien te habrá ganado la partida y diez, quince, mil personas creerán esa palabra mágica y cualquier cosa que hagas o digas provocará el efecto contrario que deseas.
Pongamos por ejemplo que criticas al PP: eres un rojo.
Si criticas al PSOE: eres de derechas.
Si criticas a Podemos/Ganemos: eres casta y un facha.
La casta se ha puesto de moda y algunos se miran en el espejo a ver si encuentran las arrugas y las canas que te identifican como casta, habrá quien solo por fastidiar se sienta orgulloso de ser casta (aunque no tengo muy claro qué es). Otros se sentirán orgullosos de etiquetar y colocar etiquetas (pero que no se las pongan a ellos, por favor), corriendo grave riesgo de demostrar su carencia de ideas.
Tiempos divertidos nos ha tocado vivir, en que puedes buscar una palabra relacionada con la política actual de España y terminar mirando ombligos, traseros y escotes.