12 de junio de 2013 - 12 de junio de 2024

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años de periodismo
Invierno en Albacete | La chispa de la pasión

Amor en una esquina oscura

Miguel Ventayol

Se citaron en la esquina de Octavio Cuartero, lejos de su barrio y a mucha distancia de su entorno familiar, justo en la zona oscura bajo la mirada del palacete y sus enredaderas.

Ella miraba a un lado y a otro, tímida, atemorizada.

Él la miraba a ella, buscando sus ojos, buscando sus manos y peleando por un beso.

Un apareja azorada en la esquina, oculta tras un oportuno coche en doble fila.

Él se arregla los pantalones, se siente incómodo y ágil, no puede bailar pero le hormiguean los zapatos. Estira una mano hacia la mejilla de la doncella pero no consigue alcanzarla.

La dama se escabulle con delicadeza y una sonrisa. Las viejas tácticas y la feminidad aprendida en telenovelas venezolanas y muchas misas dominicales.

La dama observa su alrededor. Hacia un lado la calle ruidosa llena de coches y motocicletas con exceso de velocidad. Nadie podría verla. Al otro lado una calle sin apenas iluminación, con las aceras parcheadas, tiendas de tebeos, academias de inglés y artes diversos y coches en doble fila. Suficientes como para ocultar sus besos.

Él lleva años sin mirar a una mujer así.

Ella lleva años sin mirar a un hombre de esa manera.

Nadie los ha mirado de esa manera desde que enviudaron. De hecho, ni siquiera durante sus últimos años de matrimonio podrían recordar esa mirada de amor y pasión de sus respectivas parejas.

Porque la pasión de sus matrimonios había concluído mucho antes de que llegara la viudedad.

Ella se deja hacer.

Él se acerca con cautela y sus labios rozan las mejillas de ella.

Se sonrojan.

Ríen como adolescentes, como si apenas tuvieran 16 y no 85.

Ríen de la manera en que se carcajea quien no piensa en el mañana o el futuro.

Se dan la mano con suavidad. Sus arrugas y artritis no impiden la velocidad para esconderse de miradas inadecuadas, poco acostumbradas a la pasión y las risas de personas enamoradas en una esquina cualquiera bajo la mirada de un palacete.

miguel ventayol, octavio cuartero