Hace cuatro años, Marcial Marín era el presidente PP albaceteño. Meses después, logró los mejores resultados electorales de su partido en la historia de la democracia de la provincia. Los militantes del PP en la capital esperaban que fuera el presidente de la Diputación o, como poco, el delegado de la Junta en Albacete.Y en último caso, consejero de Economía o Industria, dada su formación y su experiencia como gerente en ADECA (la Asociación de Empresarios de Campollano, el mayor parque industrial de Castilla-La Mancha). Lo que nadie entendió, ni se entiende ahora es el futuro que le deparó la presidenta, Mª Dolores de Cospedal.
Marcial Marín fue despojado de su poder en el PP provincial y vio pasar la Diputación de Albacete, puestos que Cospedal regaló a dedo al recién llegado alcalde de Almansa, Francisco Núñez que no tenía ni 30 años. Estas fueron sus palabras ante sus súbditos en Albacete, «si no tenéis inconveniente al presidente de la Diputación, lo quiero elegir yo«. Nadie chistó.
La presidenta quería vigilar a Marcial de cerca y le buscó la responsabilidad de Educación y Cultura, área de la que no tenía ni idea (como ha demostrado).
Distanciado de su familia y rodeado de asesores en Toledo le obligaron a cerrar más de 60 colegios rurales, a ser pionero en el despido de maestros y profesores de centros públicos y a reforzar los conciertos con los colegios privados religiosos en Castilla-La Mancha. Su reputación descendió a los infiernos, siendo uno de los políticos peor valorados en la región.
¿Le dejará Cospedal ser alcalde ahora?
Esa es la gran incógnita. A él le ilusiona profundamente y a los que le animaron a meterse en política hace años desde Campollano, también les apetece. Para eso lo mandaron a la Calle Muelle, en el centro de Albacete, con el objetivo de convertirlo en alcalde, no en ésto. Nadie entendió en 2011 semejante decisión de ponerlo al frente del área de Educación y Cultura, ni tampoco que haya durado tanto. Por muchas veces que les haya regalado entradas a los toros, desde que es consejero de la tauromaquia.
Cuentan los mentideros que los empresarios ya le han hecho llegar el mensaje a Cospedal (empeñada en volver a presentar a los mismos candidatos que ganaron las últimas elecciones) de que Marcial Marín tiene que ser alcalde. El caso de Carmen Bayod, por motivos de salud, es diferente y no quieren dejar pasar la oportunidad de un posible cambio de candidato. La campaña puede ser dura y que dimita Bayod a pocos meses de unas elecciones tendría consecuencias nefastas en el futuro para el PP albaceteño, eso contando con que pueda ganar.
Así las cosas, el delegado de la Junta, Javier Cuenca también mueve ficha y se postula entre sus allegados para lograr sus apoyos frente a la presidenta y que le vendan como la mejor opción ante la todopoderosa, Cospedal para ser candidato a la alcaldía.
Sea lo que sea lo que decida Mª Dolores de Cospedal desde el Barrio de Salamanca de Madrid, desde donde nos gobierna, ya queda menos para verlo. Lo que es una realidad es el cambio con respecto a hace 4 años en el ambiente festivo y de esperanza que se respiraba entonces en el seno del PP. Muchos afiliados albaceteños del PP están hartos de ella (de la que manda) y algunos incluso no les importaría que el PSOE ganase y poder así recuperar el control interno del partido.