Un producto artesanal hecho por albaceteños

Disfrutar de las cosas buenas de la vida

Una visita guiada a cervezas La Nena, donde se produce la cerveza, se hacen catas y se explica el proceso de nacimiento y crecimiento de un producto de calidad y artesanal.

Miguel Ventayol

Muchas de las historias más interesantes comienzan de la manera más sencilla y suelen ser las mejores. Pero no se les suele dar mucho bombo porque los adornos y la retórica son más llamativos.

A dos amigos que les pilló la crisis con una situación común se les ocurrió intercambiar ideas al calor de una buena conversación y una buena cerveza.

-Oye, he pensado…

-Pues yo llevo varios meses dándole vueltas a la cabeza…cerveza-la-nena1

Como buenos manchegos son testarudos, trabajadores y con tantas ideas que ríete tú de un congreso de emprendedores en Silicon Valley.

Superaron las trabas burocráticas, superaron el listón económico y dieron forma a un producto, su producto, su seña de identidad personal que corre por las gargantas de miles de españoles de Galicia a Almería.

La cosa es sencilla: metes en un recipiente agua, malta de cebada, lúpulo y levadura, así como algún ingrediente mágico. El resultado es pura maravilla. Cerveza artesana La Nena, hecha en Chinchilla de Montearagón, un pueblo con un encanto tan especial como el de su cerveza.

De Albacete, de gente de Albacete que con sus manos crea para el disfrute de paladares de Madrid, Chinchilla, el Bigote Blanco o Córdoba.

Pedro Soriano y Arturo Escribano son los fundadores y creadores de La Nena. Pasan tantas horas rodeados de cervezas que conocen el material, la textura, su historia y cómo mimar cada uno de los productos para que el resultado sea familiar, cercano, artesanal y con un toque personal inconfundible. Puedes estar seguro de que la cerveza La Nena que disfrutas ha pasado de manera cuidadosa y paternal por sus manos.

¡Una a una!

Artesanal y deliciosa. Calidad frente a cantidadcerveza-la-nena3

¿Quieres conocer el proceso? No me preguntes a mí, solo haría un mal favor a cómo Pedro y Arturo explican con pasión y amor por lo suyo, como rememoran cebadas y trigos, como explican el poder del lúpulo o las diferencias en temperaturas y aguas. Detallan con apasionada esperanza la creación de sus dos nuevas cervezas que saldrán al mercado en verano.

Te conducen de la mano y pasas de ver granos en un tarro a notar como escancian desde la botella al vaso mientras tú solo estás pensando en disfrutar tu cerveza.

Ahora La Nena tiene dos variedades: rubia y morena…entre tú y yo me quedo con la morena pero prueba y decide.

Las dos nuevas ya vienen de camino y están naciendo de las manos de Pedro y Arturo. Crecerán y en verano las tendrás en tu terraza y prepárate porque te va a sorprender su sabor. Ya me lo dirás.

La cerveza artesana se ha puesto de moda y por desgracia o no, a partir del momento en que las has probado, las más comerciales te sabrán fresquitas y refrescantes. Y ya.

Pedro me asegura que la gente cada vez se preocupa más por lo que bebe y cómo se lo bebe, así como la procedencia, las texturas (esa palabra tan de moda) y aromas. «Los consumidores saben cada vez más de cerveza y se olvidan de si cuesta un poco más, miran la calidad frente a la cantidad».

«Nosotros estamos contentos porque lo que hacemos es lo que nos gusta y sentimos un orgullo especial viendo cómo La Nena le gusta a tanta gente».

Una historia que surge de una conversación entre amigos, el intercambio de ideas, el sacrificio y mucho trabajo.

Una historia que se transforma en todas tus historias al calor de las cosas que te gustan.

 

cerveza, miguel ventayol