Dentro de poco se celebrará el Día del Libro, abril el 23. Las calles se llenarán de libros y literatura, muchos sacarán pecho afirmando que leyeron el Quijote.
Las bibliotecas de pueblo, como norma general, han sufrido un terrible descenso de recursos e inversión. Algo que por suerte para los 24 poblaciones donde llega el bibliobús no tendrá más impacto.
El autobús de los libros, la biblioteca feriante llega cada 21 días a todos esos pueblos que carecen de bibliotecas en condiciones o suficientemente equipadas. Tal y como explican los técnicos en biblioteconomía, son el futuro del mundo rural pues las bibiliotecas de pueblo se quedan sin dinero, sin personal y sin libros.
Vicente y Arancha salen temprano de la Avenida de la Estación camino de quién sabe dónde. Su día a día es rutina cargada de historias entre las cuatro paredes de un autocar o entre el infinito paraíso que son los caminos de la Mancha y el interior de los libros.
Arancha, como bibliotecaria sabe que no es lo mismo el trabajo en la biblioteca tradicional que en el bibliobús, una tarea más cercana, con un contacto más personal y de «andar por casa».
-¿Qué tienes de Isabel Allende, y de novela romántica?
-¿Has traído las sombras de Grey?
O
– Al fin está la trilogía de Sarah Lark, ¡llevada dos meses esperando!
Porque la gente lee, la gente lee mucho y no para de hacerlo. En la mayoría de los casos son los niños qienes necesitan literatura como el aire para respirar. Luego el perfil del usuario sube un poco de edad, entre los 40 y los 50. «El 70 % es público infantil», me aseguran. No necesitan estadísticas en papel porque conocen su trabajo, su público. No es de extrañar, cada año recorren 25.000 kilómetros a lo largo, ancho, alto y curvo de la provincia de Albacete.
¿Para qué llevar libros?
Para llevar historias.
¿Para qué llevar libros?
Para transportar aventuras.
¿Para qué llevar libros?
Para facilitar sueños.
En un mes tonto, son más de cuatrocientas las personas que pasan por el bibliobús. Porque hay novedades, actualidad, un fondo muy atractivo para lectores exigentes de poblaciones rurales.
El bibliobús tiene buena prensa, es un servicio estabilizado que no ha perdido lectores ni recursos. Incluso se habla de ampliar el servicio con un microbús, ampliar la flota. Pero en año electoral mejor libro en mano que ciento volando.
Y volando se despiden estas almas viajeras que esconden miles de relatos en sus entrañas metálicas y en su anecdotario frases, refranes, historias, narración oral de pueblo.
Un pueblo tras otro, un pueblo tras otro. Así hasta 24.
Sitios como Golosalvo, Villatoya, Balsas de Ves, La Felipa, Las Minas o Las Eras.