Muchos que aprovechan para ser y ser vistos.

Cuando tienes que echar 4 horas más de tu jornada laboral

"Quiero un trabajo como el tuyo", le dice una persona a otra al ver lo liviano y sencillo que es su trabajo. ¿Siempre es mejor el trabajo de los demás? Todo depende de los ojos con que se mire y de cuánto se ensucien tus manos.

Miguel Ventayol
Aprovechando que ha venido Bono a su tierra a presentar otro libro casual, es obligatorio recordar que termina marzo, nos obligan a cambiar la hora y las terrazas nos esperan.
Me parece bien que haya llovido esta semana, y que salga el sol de nuevo, la limpieza tras la lluvia es agradable. Con suerte, si caminas un buen rato, se te limpian hasta los zapatos.

Una de las mejores frases que podemos utilizar y leer es: «Nunca llueve a gusto de todos». Y es cierto. Pregunten si no a aquellos camareros de un famoso restaurante de Toledo, ¿o era un hotel de Albacete?, que a pocos minutos de acercarse la hora del cierre, con las mesas recogidas y la cocina casi limpia, veían aparecer a una figura importante, relevante, altiosa y grandiosa. Con hambre de comer y dinero para cenar con colmo, beber y fumarse un puro. Aunque hiciera tiempo que no se puede fumar. Pero algunos pueden fumar.

Hay personajes muy personajosos, clientes muy clientelosos y dineros muy golosos. Unos lo saben y lo utilizan, otros lo asumen mientras callan.

Cuando entra un buen cliente en un restaurante el camarero resopla, el jefe echa cuentas. Cuando te dan bien de comer y mejor de beber, te alegras a dos carrillos.

Cuando tienes que echar cuatro horas más de tu jornada laboral el mundo deja de ser color rosa y pasa a gris transición.

Te dicen: «Trabajo es trabajo, ¿acaso no quieres trabajar?»

«Quiero un trabajo como el tuyo», dice otro.

«Nunca llueve a gusto de todos», díjole el tertuliano de voz grave y pasado político intachable. Para a continuación con voz grave y marcial continuar «Un director de radio como tú, ¡haciendo fotocopias! ¿No tienes una secretaría, coño?»

Quiero un trabajo como el tuyo.

miguel ventayol