Retrato de Ana Cuevas, por Miguel Ventayol

Alcaldesa de pueblo

Miguel Ventayol
Mi compañera, amiga y jefa en ‘Albacete Cuenta’, Ana Cuevas, ha decidido dar un paso adelante en su trayectoria vital.

Todo lo que pueda decir de ella como amigo se mirará con lupa, con razón susceptible de tacharlo como sospechoso. Soy un tipo con coleta, sospechoso. Veremos si en el mes de junio puedo seguir llevando coleta.

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Como soy sospechoso, hablaré por boca de los actos de otros menos sospechosos que yo: una radio nacional y un Ayuntamiento de los grandes, de esos con asesores bien pagados. Después de ser profesional intachable en ambos lugares, motivo más que suficiente para no contar con ella, Ana montó una web de noticias y la mantiene, sacrificando horas y dolores de cabeza por llamadas de uno y otro signo: «Nos vemos en los juzgados», dijo uno -que luego no cumplió-. «No deberías publicar eso», dijo otro a quien le estaban sacando los colores desde el Tajo al Segura, pasando por el Mundo.

Montó una web de noticias que no da dinero, muy criticable y criticado. Ofrecemos información gratis. Eso, como norma está mal, aunque la mayor culpa es mía: no me gusta de pedil. Aunque sea por nuestro trabajo. No hemos quitado lectores a nadie, no hemos robado negocio a nadie pero hemos dado historias como legumbres, en plato hondo y cascado, cuchara y pan de pueblo. Lo más nutritivo en época de crisis.

Mi amiga Ana confió en mí porque a pesar de quienes la echaron de la radio y Ayuntamiento (que no solo les pasa a los periodistas millonarios de Madrid) sigue confiando en las personas, el trabajo, el futuro que le espera a ella, a su hijo y a todos por quienes se preocupa.

Si quieres saber de ella pregunta a las personas que le han hecho daño, porque enemigos como tal, creo que no tiene. Dispone de tanta fuerza que ha decidido presentarse como alcaldable del PSOE en su pueblo, Minaya.
No es buena política.
No te dirá «sí» a todo como los alcaldes de pueblo. Te dirá la verdad a la cara y no te gustará.

Sufrirá cuando no le dejen hacer bien las cosas, no pondrá excusas. Se levantará la primera y se acostará la última, porque los callos de sus manos conocen bien el madrugón del agricultor y el cierre nocturno en un periódico.

Yo no puedo votar en Minaya. Pero sí puedo hablar de ella como quiera. Porque en ‘Albacete Cuenta’ decimos lo que nos parece, gracias a Ana.

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