Este jueves se constituyeron las nuevas Cortes de Castilla-La Mancha, salidas de las Elecciones Autonómicas del pasado 24 de mayo, en las que Cospedal perdió el trono toledano, por su prepotencia y deprecio a los castellano-manchegos.
Comenzó su andadura que duró cuatro años con una dedicación a tiempo parcial a nuestra región, que se limitaba a los jueves. Hacía coincidir el pleno de las cortes, consejo de gobierno y alguna visita institucional; el resto de la semana, más de cinco días, los pasaba entre Madrid -en la sede nacional del Partido Popular- y sus innumerables viajes por todo el territorio nacional como secretaria general del PP. Rara vez se le veía en otros días por Castilla-La Mancha pero, eso sí, sus visitas relámpago eran retransmitidas por la televisión regional que cuidaba de no mostrar lo bien protegida que iba por decenas de policías y guardias civiles. Las unidades de intervención de estos cuerpos seguro que no la echarán de menos.
Quiso perpetuarse en el puesto, ya que nada más llegar pensando en las próximas elecciones realizó un cambio unilateral de la Ley Electoral y aumentó el número de diputados. Posteriormente, las cuentas no le salían y por consejo de Génova (según cuentan fue directamente Pedro Arriola, asesor político del Rajoy, el que le diseñó un nuevo plan maquiavélico para reducir el número de diputados) y con la peregrina defensa de un ahorro recortó el número de escaños. Algo que económicamente y, dentro del presupuesto regional, podríamos considerar el “chocolate del loro”. La verdadera razón era que ella y los suyos pensaban que de esa forma con menos diputados ganaría de calle las elecciones. Pero falló estrepitosamente en sus planteamientos debido al gran auge de partidos emergentes como Ciudadanos y Podemos, a los que en un primer momento despreció, y después cuando las fuerzas de estas formaciones crecían y crecían, ya era demasiado tarde para realizar una nueva modificación y aumentar el número de diputados, otra vez.
Estos cuatro años han sido de auténtica pena para esta región. El ataque frontal recibido en los buques insignia del bienestar, que son la educación y la sanidad, casi los lleva a pique; menos profesores, peor educación, supresión de las ayudas para el trasporte, bajada del número de becas y sus cantidades, mayores ratios en las aulas, eliminación casi total de la escuela rural y tantos y tantos desaguisados. Si hablamos de sanidad no nos podemos olvidar, que sus primeras acciones fueron encaminadas a la privatización de cuatro hospitales, idea que tuvo que abandonar por el rechazo popular, después quiso cerrar varias urgencias nocturnas de centros de salud comarcales y fue el Tribunal Superior de Justicia de la Región quien le paró los pies, a todo esto le siguieron recortes tras recortes, menos profesionales, cierres de camas y desvío de enfermos a centros privados de otras comunidades, con los resultados tan bochornosos que estamos conociendo, listas de espera interminables, etc.
Cospedal pasará a la historia como la presidenta a tiempo parcial que hundió los servicios públicos regionales y que nos hizo perder los derechos y garantías del estado del bienestar que tanto nos había costado conseguir a los castellano-manchegos.
Podía seguir y seguir relatando despropósitos de este gobierno, que gracias a los ciudadanos de esta región no han podido perpetuarse y eso que lo intentaron con tantas jugarretas legales que estarían dentro del ordenamiento legal pero que nunca fueron éticas.
Este jueves se produjo ya el primer cambio con la nueva constitución de las Cortes, donde se pudo ver ya la buena sintonía entre Podemos y el PSOE de Castilla-La Mancha. Los días 30 de junio y 1 de julio, tendrá lugar la sesión de investidura de Emiliano García-Page como nuevo Presidente de esta región. Los que conocemos muchos años a Emiliano podemos afirmar, sin peligro de equivocarnos, que es un auténtico servidor público, trabajador, buena persona y que pone siempre los intereses de esta región por encima de otros.
Me acuerdo cuando conocí a Emiliano, la primera vez que hable con él, fue nada más ser nombrado portavoz del gobierno del presidente Bono en 1993. En aquella primera reunión a la que fui a su despacho en el Palacio de Fuensalida para intentar conseguir un buen contrato publicitario para la emisora en la que trabajaba entonces, pude comprobar como una persona tan joven, podía tener una gran claridad de ideas, estaba muy preparado, controlaba totalmente la situación, era cercano y desprendía mucha humanidad. Tras aquella primera reunión hemos cultivado nuestra amistad durante todos estos años y me demostró su cercanía con motivo de mi despido como director de Radio Chinchilla por el Partido Popular, tras 24 años de antigüedad, estando cerca de mí, prestándome su apoyo y solidaridad. En ocasiones como estas, es cuando uno se da cuenta de quién son los verdaderos amigos.
Castilla-La Mancha tendrá a partir del día 1 de julio un gran Presidente, porque es una gran persona y estoy seguro que su dedicación y trabajo por esta región tendrá muy pronto sus frutos. ¡Felicidades Emiliano y te deseo toda la suerte del mundo, te la mereces!