Al frente del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete (CHUA)

Ibrahim Hernández, vocación de servicio público al frente del Hospital General

  • (A propósito de la designación de Ibrahim Rafael Hernández Millán como nuevo gerente de Complejo Hospitalario Universitario de Albacete-GAI)

Antonio Sánchez-Ramal Martínez

Enhorabuena, felicidades, qué suerte que tienes, han pensado en ti, lo harás bien, tú vales, buena elección, capacidad te sobra, etc, etc. etc. Estos son solo algunos de los piropos que «Ibra» (para la familia y amigos) está recibiendo en persona, telefónicamente, en redes sociales y de todas las formas posibles e imaginables. Pero lo que la gente no sabe es que a Ibra, ahora mismo le están temblando las piernas y probablemente (y todavía no ha empezado) su sueño estará profundamente alterado. Es más, el consejero de Sanidad ahora sí estará más tranquilo pensando que en Albacete se va a hacer cargo del CHUA una persona capaz y cualificada.

Pero el reto tiene mucha miga, la empresa es un GIGANTE con mayúsculas; es un gigante que necesita de una dirección eficaz y contundente, que se va a encontrar con enormes problemas en la gestión y muchísimos asuntos que quedaron en su día pendientes (Plan Director) y hay que retomar con urgencia y la cosa no es fácil. No olvidemos que seguimos en crisis. A pesar de ello el ciudadano exige y tiene todo el derecho, recibir una atención sanitaria rápida, eficaz y de excelente calidad.

Regalo envenenado sí, no va a ser ninguna bicoca ni camino de rosas. Habrá zancadillas, trampas, palos en el camino, sinsabores y dardos envenenados (algunos ya se han lanzado en alguna opinión semiperiodística); todo esto se va a producir con un costo personal importante, Ibra tendrá que dedicarse en cuerpo y alma dejando de lado en muchas ocasiones a su familia, a sus amigos, sus aficiones y sacrificando su tiempo libre. Ibra lo hace y lo hará bien: experiencia tiene de sobra, capacidad acreditada y, ¿ganas? ¡Ay Dios mío, dame ganas y mucha fuerza porque la voy a necesitar!, debe estar pensando ahora mismo.

Pero Ibra es persona, su carácter y disposición mucha gente lo conoce, en el ámbito personal y en el profesional. Como médico, los que tenemos la suerte de conocerlo, “Matrícula de Honor”; como persona, “excelencia absoluta”; como amigo, “sin palabras para calificarlo” y como disposición a ayudar, sin duda, “Sobresaliente”.

Ibra tiene otra ventaja importantísima sobre otros gestores que hemos tenido en nuestra maltratada sanidad. Ibra cree firmemente en unos servicios sanitarios públicos, universales y de calidad, en la libertad de elección, en la eliminación total y lo antes posible de las listas de espera con recursos propios; tendrá que conseguir una infraestructura eficiente y de última generación. Afortunadamente, ya tiene conseguido algo muy importante, unos profesionales sanitarios y no sanitarios altamente cualificados y dispuestos a sacar este empeño adelante, de esto último seguro estoy que estamos sobrados.

Dicho todo esto hay cosas a las que Ibra no va a renunciar nunca; como hellinero de “pura cepa” que es, su Semana Santa tamborilera no se la quitará nadie, su feria septembrina tampoco, sus paisanos hellineros tienen una agenda irrenunciable para él, todos tienen algún encargo que hacerle: «mira a ver si puedes, no me llaman, la cita no llega, me duele aquí y allá, mi padre no aguanta el dolor, etc. etc.» a todos atiende con agrado, familiaridad y con una sonrisa de oreja a oreja y lo que es mejor, les hace la gestión. Su teléfono casi es público, sus pacientes le llaman a cualquier hora y eso seguirá siendo así. La puerta de su nuevo despacho estoy seguro que estará siempre abierta.

Sigamos con lo irrenunciable, sus estancias playeras mazarroneras tampoco son negociables, sí o sí “El Caldero” y “El amarre” (entre otros) contarán con su presencia a final de cada verano.

Y qué decir de esa semana posterior al Día de Reyes, en pleno invierno, solo amigos, lejos, allá por las sierras andorranas, silencio, paz, nieve, frío y buena compañía (eso también es irrenunciable).

Un hellinero auténtico y albaceteño de adopción; nadie podrá decir que no conoce lo que va a llevar entre manos a partir de ahora. Cada rincón del Hospital, desde lo más alto a lo más bajo, no tiene secretos para Ibra pero os lo dije al principio quien piense que esta designación es un premio está equivocado, es un reto y para afrontarlo hay que tener vocación, vocación de servicio público y de eso a Ibra le sobra.

Antonio Sánchez-Ramal Martínez

 

 

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