Domingo 30 de agosto de 2015, desde hoy que entra en vigor el decretazo que este sábado publicaba el Boletín Oficial del Estado (BOE). Una decisión que hace oficial que la ciudad de Albacete ya no pertenece a la Cuenca Hidrográfica del Júcar.
Esta noticia, que parece una broma o una interpretación surrealista de la realidad, lejos de ser un malentendido es un nuevo ataque del Gobierno de Mariano Rajoy a Castilla-La Mancha, pues es su gobierno el que el pasado viernes aprobó un Real Decreto (RD 775/2015, de 28 de agosto), que intenta otra vez más favorecer los intereses del Levante en contra de esta tierra.
En el último proceso de planificación hidrológica ya quedó claro a quien hay que atender y a costa de quien hay que hacerlo. Haciendo una interpretación torticera de la ley, podríamos decir claramente que de forma “ilegal» e «inconstitucional” se toman decisiones políticas que -para ser claros- hacen posible que hasta 530 hectómetros cúbicos de aguas del Júcar vayan a otras cuencas como, el sistema Vinalopó-Alacantí, sistema Turia y Marina Baja.
En cambio, se dejan de atender 60 hectómetros cúbicos de derechos legales de los regantes de la Mancha Oriental y, además, se les pronostica un recorte de otros 60 en el horizonte 2027. Es decir, nuestros regantes legales van a ver recortadas sus dotaciones en 120 hectómetros cúbicos; mientras “trasvasamos» agua porque ese es el término correcto, aunque a algunos no les guste que así se denomine y utilizan eufemismos para no decirlo. Pero esta es la realidad: agua del Júcar que va a otras cuencas, recortando asignaciones a los regantes legales de Albacete y Cuenca.
Huyen del término “trasvase” porque así evitan una respuesta social pero es lo que aprobó el anterior proceso de planificación. Es un trasvase de hasta 530 hectómetros cúbicos anuales que van:
- 167 hectómetros cúbicos, a la Albufera
- 31 hm3, a la ciudad de Sagunto
- 157 hm3, a la ciudad de Valencia
- 80 hm3, al Vinalopó-Alancantí-Marina Baja
- 95 hm3, al canal Júcar-Turia
Jurisprudencia en el Júcar
En el párrafos anteriores hablamos de “ilegal» e «inconstitucional” porque son varias las sentencias que no se han tenido en cuenta y se han reinterpretado para colgar de la cuenca del Júcar a otras cuencas que tenían que gestionarse de manera separada, porque son cuencas intracomunitarias y la gestión correspondería en este caso a la Comunidad Valenciana.
Sentencia del Tribunal Supremo de 20 de octubre de 2004, de la sala Tercera (recurso de casación 3154/02), que concluye que los planes hidrológicos de cuenca intercomunitarios (recorren superficie de más de una comunidad autónoma) no pueden incorporar cuencas hidrológicas intracomunitarias (recorren territorio de una sola comunidad autónoma) con competencias asumidas por las comunidades autónomas.
Ya en el anterior proceso de planificación se reinterpretó la ley y se dijo que el territorio de la demarcación del Júcar estaba formado por la propia cuenca del Júcar, y provisionalmente, en tanto se efectúe el correspondiente traspaso de funciones y servicios en materia de recursos y aprovechamientos hidráulicos, el territorio de las cuencas intracomunitarias comprendidas entre la margen izquierda de la Gola del río Segura en su desembocadura y la desembocadura del río Cenia, incluida su cuenca.
Pero el ánimo del Gobierno de Rajoy para ir consolidando estos desagravios hacia Castilla-La Mancha es insaciable. No conformes con todo esto y mucho más (que, evidentemente, en estas cuatro líneas no se puede analizar) el último ataque en el Júcar pretende dejar a una amplia zona que drena sus aguas a este río fuera de la cuenca, la comprendida por los cauces de los ríos Quéjola, Lezuza, Jardín y la zona de los Llanos de Albacete (incluida la ciudad de Albacete) y sus aguas de transición.
Es un disparate legal, pero lo peor de todo es la intencionalidad que encierra
Si leemos el primer borrador de Real Decreto que se pasó a consideración por un procedimiento de consulta escrita a los miembros del Consejo Nacional del Agua (el procedimiento utilizado es inusual) podemos observar claramente lo que se persigue, definiendo esta amplia zona pero sin identificar sus límites ni extensión como una “cuenca endorreica”
Pretende crear una cuenca ficticia que englobe a estos ríos de la provincia y los Llanos de Albacete, incluida la capital, para así poner toda esta zona legalmente al mismo nivel que las cuencas intracomunitarias de la región de Valencia. Del disparate legal nos hacemos una idea solo con mirar la definición de cuenca hidrográfica: «superficie de terreno cuya escorrentía superficial fluye en su totalidad a través de una serie de corrientes, ríos y, eventualmente, lagos hacia el mar por una única desembocadura, estuario o delta». Evidentemente, Albacete todavía no pega al mar.
Al atender las alegaciones y observaciones que algunas organizaciones y el gobierno de Castilla-La Mancha hicimos a este primer borrador, vuelve a inventarse otro término, “endorreísmo natural”. La intencionalidad queda manifiesta, quieren hacernos creer que Albacete no es del Júcar, con todas las implicaciones y consecuencias que esto puede suponer. Una desfachatez, un surrealismo y un ataque sin precedentes a Castilla-La Mancha.
Decir también que el proceso de consultas del Real Decreto que se ha seguido ha sido un procedimiento escrito a los miembros del Consejo Nacional del Agua, que ha contado tan solo con dos votos desfavorables el del Gobierno de Castilla-La Mancha y el de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Por su parte, también mostró su disconformidad la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (JCRMO) que aunque no está representada en el Consejo Nacional del Agua, también presentó alegaciones al documento.
Pero esto es lo que hay: