Esta semana se celebra el Día de las Bibliotecas en toda España. ¡Ah, no, que fue hace un mes, en concreto el 24 de octubre!
Pero como me gusta tocar las narices, prefiero escribir de bibliotecas, libros y lecturas cuando no corresponde, así os pillo a traspiés y si os pregunto ¿qué libro estáis leyendo?, me contestaréis con sinceridad.
Día del libro, día de la biblioteca, día de la librería. Son solo días, como el 25 de diciembre y el 6 de enero, dos mañanas estupendas para ver libros en las casas, colocarlos en las estanterías y mirarlos y remirarlos durante un año entero, hasta las próximas fiestas.
Necesitamos muchos días como estos para recordar una cosa sencillica: ¡Hay que leer más! Si ya somos bastante ceporros, la falta de lectura nos convertirá, además, en ceporros controlables.
Nuestro amigo de Data Albacete publicó hace poco el nivel de lectura de la región, nivel de lectura de libros y nivel de lecturas de periódicos.
Os voy a hacer un resumen: si la media española está en leer 3,6 libros al año, en Castilla-La Mancha leemos 4.
En lo que a medios de comunicación se refiere, casi la mitad de los manchegos no leen nunca la prensa, somos la comunidad autónoma que menos lee de España, muy por debajo de la media.
Si no fuera porque no hace gracia, me reiría.
¿Alguno de vosotros ha visto la película de Clint Eastwood Sin Perdón?
En ella aparece un personaje que, de hecho, es de los pocos que se salva de la matanza final. Cuando le preguntaban quién es usted, él solía responder “soy escritor”. A lo cual de manera repetida le preguntaban de nuevo. “¿Qué escribe, cartas?”
Pues algo así deben sentir a día de hoy los escritores a la vista de la poca eficacia de sus productos.
Esta Navidad cuando te presenten a un escritor le puedes preguntar: “¿Qué escribes, guasas o tuiters?”. Aunque lo mismo no le hace gracia.
Por otro lado, ¿qué probabilidad hay de que te presenten en Albacete a un escritor?
Si te sirve, acércate a la biblioteca de tu pueblo, con mala suerte para ti podrás ver una exposición, un cuentacuentos, talleres, acceder a Internet, asistir a conferencias. A lo peor, a lo peor puedes leer un libro.
Y es gratis.