Este fin de semana, como no podía ser de otra forma, nos hemos desayunado con varias encuestas electorales que tiene como fin adivinar qué pasará en las prácticamente seguras elecciones generales repetidas del próximo 26 de junio.
Los partidos políticos están de lleno en los preparativos electorales, ya que todo el mundo da por terminada esta efímera legislatura que comenzó el 20 de diciembre y que terminará, si nadie lo remedia, el próximo 2 de mayo cuando el rey firme el decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones.
Yo no tengo, sinceramente, ninguna esperanza que esto no sea así y más viendo la desgana de los partidos políticos de las últimas semanas. Ya ni quieren reunirse y están más en actos de cara al electorado que en intentar ahorrarnos a todos los españoles más de 130 millones de euros que cuestan unos nuevos comicios.
Cada uno, como se dice en La Mancha, “lleva su liebre”. El PP que cree, y a mi juicio se equivoca, que obtendrá mejores resultados, ya que lo que se vislumbra es que podía hasta bajar. El PSOE, puede ser el más perjudicado y de ahí los nervios de las últimas semanas de Pedro Sánchez que puede verse abocado a un auténtico batacazo electoral, que terminaría con su carrera política y la de los actuales dirigentes nacionales y locales, que tendrían que dar paso a una auténtica regeneración del partido, dando entrada a las nuevas formas y caras que están ahora en un segundo plano detrás de la guardia pretoriana de Pedro Sánchez.
PODEMOS, puede quedarse como el del Cuento de la Lechera y no obtener lo que espera, ya que Pablo Iglesias se ve como líder de la izquierda, desplazando al PSOE y esto le puede pasar una dura factura, porque si empeora sus resultados de diciembre, muchas voces críticas le pedirán responsabilidades.
Rivera, puede que sea el auténtico vencedor y que obtenga mejores resultados que en Navidades, ya que estuvo siempre en su sitio sin moverse y puede que esto le haga ser el gran ganador del pacto con los socialistas y que los votantes le confíen su voto.
Garzón y su Izquierda Unida está deshojando la margarita de un pacto con PODEMOS y esto le puede hacer que suban ambos en votos, pero no nos engañemos, en política 2 + 2 muchas veces no son cuatro.
Las encuestas están marcando, como decíamos anteriormente, cuando no están muy cocinadas, claros mensajes de por dónde irán los tiros Sigma Dos para El Mundo habla de la gran coalición de Podemos con Izquierda Unida obtendría 18,6 %, tercera fuerza, los populares obtendrían un 29.5 % y serian la primera fuerza, segunda fuerza el Psoe con un 22,2. y Ciudadanos con un 15 %.
El Diario digital de Pedro J. Ramírez, El Español destaca la subida a Ciudadanos otorgándole al Partido Popular el 27,3 %, a Psoe el 20,2 %, a Podemos un 18,7 %, a Ciudadanos un 17 % y a Izquierda Unida un 5,8 %
Finalmente, el diario conservador, La Razón publica una encuesta de NC Report, con una muestra de 2.000 personas, destacando una hipotética coalición entre Podemos e Izquierda Unida que superaría al Psoe.
La encuesta de La Razón da entre 125 y 130 escaños a los populares, de los 123 que tiene en la actualidad; el Psoe bajaría de sus 90 actuales a una horquilla entre 80 y 83. La posible confluencia de Podemos e Izquierda Unida tendría entre 74 y 81 escaños, lo que representa una subida entre 5 y 12 diputados. Finalmente, Ciudadanos podría según La Razón quedarse en una subida entre 0 y 5 diputados.
En resumen, más de lo mismo, porque las encuestas están marcando dos cosas muy importantes que tenemos que tener en cuenta. Primero, que una repetición de las elecciones generales será nuevamente una situación sin claros ganadores y en segundo lugar, que nos costarán otros 130 millones de gastos electorales más. Y lo peor de todo, que al final darán un mapa electoral otra vez ingobernable, como el que tenemos ahora.
Debería de imponerse la razón en esta semana que queda, habría que dejar a un lado los intereses partidistas y ponerse todos el traje de trabajo e intentar sacar a este país de la situación de paro e inactividad en la que está. Me encantaría que fuese así, pero me da la impresión que al final volveremos a tener un horizonte poco claro