Los españoles estamos cansados de escuchar durante más de tres meses a algunos líderes que dicen que no quieren ir a las elecciones y se presentan como marginados en vez de negociar. Mientras, la voz popular viene solicitando con urgencia la formación de un gobierno, ante la posibilidad de una nueva consulta. Y es que es mejor que se forme un gobierno para sacarnos de esta situación deprimente y crear ilusión. Aunque este no sea el mejor posible, pero que tenga las bases de un apoyo suficiente en las Cortes.
Eso es posible si hay un sentido de sacrificio en beneficio del pueblo español para empezar ya a tomar medidas progresistas para salir de la profunda crisis económica y social en la que nos encontramos. Aplazarlo tres meses más es una imprudencia que tendremos que pagar todos los ciudadanos y, por ello, pediremos responsabilidades a la hora de ejercer nuestro voto en las próximas elecciones, sobre todo, a los partidos que han demostrado su incapacidad de negociar. El pueblo habló en las urnas el 20 de diciembre de 2015, optando por un pluripartidismo que obliga a los partidos a negociar.
Queda poco tiempo, pero el suficiente, para que Pablo Iglesias tenga valentía y sentido de Estado,sacrificando su ego y el de su partido, accediendo a negociar unos mínimos con Pedro Sánchez y Albert Ribera y presentarse como el salvador de una situación muy difícil. A costa de un alto precio que tendrá que pagar después de haber consultado a las bases. Tal vez, no esté en la mente de Pablo Iglesias, por los síntomas que nos muestra. Ofrece la impresión de preparar ya la campaña electoral al lanzar un compromiso impreciso, como es característico de Pablo Iglesias, para lograr un pacto con IU. La realidad es tozuda y si la divina providencia no lo soluciona (entiéndase Pablo Iglesias) habrá nuevas elecciones.
En los datos que nos han ofrecido sobre la visión de los españoles acerca de los partidos que han mostrado más voluntad de pacto, figura en primer lugar el PSOE, seguido, a cierta distancia, por Ciudadanos, quedando en la parte negativa, Podemos. Eso se puede interpretar como que le puede pasar factura en las futuras elecciones, idea señalada hace un mes, por Iñigo Errejón ante la estrategia de Pablo Iglesias.
Le quedan tres días para enmendar su desacertada estrategia que ha dificultado la formación de un gobierno progresista, aunque no es el que le gustaría. Pero permitiría poner fin al gobierno del Partido Popular e iniciar las medidas reformistas y sociales en el Parlamento. Hay tiempo, lo que no estoy seguro es que haya voluntad. Los hechos valen más que mil palaras.