Llevo días pensando en escribir sobre Cataluña
pero no conozco bien la tierra
ni conozco las personas.
Aunque conozco algunas cosas
no me siento con fuerza para definirlas a todas como si las conociera.
Siendo como soy, hijo de alguien, nieto de varios alguien, antepasado de muchos más
es fácil perder el equilibrio.
Por eso me sorprende cuando a mi alrededor
cualquiera habla
con razón suficiente para el odio, la mentira o el pescozón.
Yo, que me pierdo en los párrafos largos.
Yo, que me detengo contemplando mapas mientras
pienso en paradas
donde disfrutar el camino
y beber sorbitos de las fuentes, si las hay.
Yo, que miro los pueblos como si fueran mapas en blanco
donde comer y beber y mirar. Y comer y beber y mirar de nuevo.
Mirar a las personas, comer con ellas, beber y reírme
hasta olvidar que no conozco la tierra
no conozco la lengua
no conozco a las personas
pero sé que siempre tendré con
quien
comer,
beber,
mirar
y reírme hasta la estupidez.