Y de que exista una oposición constructiva

Ganas de abrazar, besar y brindar

Albacete Cuenta

Proteger a las personas mayores, a los sanitarios, a los trabajadores y al mismísimo ejército. Eso, como la prevención de incendios, se hace antes de que llegue la emergencia. Se hace desde la política, cuando se tiene el poder. La adquisición de material y equipos necesarios; la contratación de las mejores empresas y no las más baratas; la agilización de trámites para obras, como el Hospital de Toledo, ¡todo!

Estos días se hace insoportable la voz del PP de Castilla-La Mancha. Para lo único que deberíamos oirlos es para arrimar el hombro, trabajar y ayudar de forma constructiva. Pero no. Se atreven a criticar lo que ellos paralizaron, lo que ellos cerraron, lo que ellos desmantelaron. Todo el día quejándose, criticando y sembrando odio.

Son los mismos que en cuanto tuvieron la oportunidad, en sólo 4 años, cerraron más de 60 colegios rurales en la región; los que se enfrentaron a la gente de los pueblos, cuando intentaban cerrar sus centros de salud; los que recortaron en becas e intentaron privatizar los nuevos hospitales de Castilla-La Mancha, ¡los mismos!

Son los mismos que gestionaron el 11M y dijeron que era ETA; los del Yak42, que enviaron cuerpos a las familias que no eran; los de los «hilillos de plastilina» del Prestige; los que convirtieron una visita del Papa, en una oportunidad de negocio; los que criticaron a Zapatero por la creación de la UME; los de las mentiras del accidente de Metro de Valencia; los de la Gürtel, cobrando comisiones mientras aplicaban austeridad al pueblo; los que expulsaron del sistema a los beneficiaros de la PAC que cobraban menos de 300 euros… Está bien que ahora quieran a los soldados, a los médicos y a los agricultores, pero seguro que muchísimas familias recordarán siempre lo que hacen cuando los gestionan.

Necesitamos amor. Necesitamos que cuando esto pase, en nuestro país haya una oposición constructiva. Que se blinde el Estado de Bienestar en España. Tenemos todos unas ganas enormes de besar, de abrazar y de brindar. De romper esa distancia que ahora sirve para salvarnos y de volver a empezar.

 

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