La crisis requiere liderazgo. Y, este jueves, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez tiene una propuesta para el Eurogrupo en su cita en Bruselas, donde no caben soluciones unilaterales. Por eso, llevará bajo el brazo propuestas para salir de ésta, unidos, que se traducen en un billón y medio de euros para recuperar a los países más afectados por la COVID19 en los próximos años y no considerarlo como deuda, sino como transferencias a fondo perdido desde el próximo 1 de enero.

Precisamente, este domingo el historiador y filósofo, Yuval Noah Harari señalaba en una entrevista para La Vanguardia que es necesaria una estrategia única en Europa. El autor de Sapiens hizo hincapié en que:

«si sus países se ayudan entre sí y tienen una política común para detener la epidemia y rescatar la economía, la Unión Europea saldrá de esta mucho más fuerte. Sin embargo, si cada país desarrolla su estrategia por su lado, eso puede llevar a la desintegración de la UE».

Muchos italianos sienten el abandono de la Unión Europea, a España todavía no ha llegado la discusión de Europa. Aquí somos más del choque guerra civilista. Y eso que solo España e Italia suman 107 millones de habitantes.

En plena Semana Santa, pudimos comprobar atónitos el caos en un aeropuerto de Rumanía, con trabajadores rumbo a Alemania. Ni siquiera hemos visto la de los aviones privados fletados por Reino Unido para trasladar a personas de este mismo país. Se olvidaron las proclamas de Johnson durante la defensa del Brexit. La mano de obra no podía esperar y eso que es uno de los países más castigados por la pandemia. Los invisibles, no son de nadie.

Pese a la pandemia que vive el planeta, ambos países, Alemania y Reino Unido han fletado 11 aviones en dos semanas para traer  a ciudadanos rumanos, mientras sus ciudadanos están confinados. La pregunta es, ¿tuvieron en cuenta todos los protocolos sanitarios de distanciamiento social? Está claro que en el único vídeo que pudimos ver (por cierto, felicidadades a Euronews) la aglomeración era notoria en el punto de partida.

Y, mientras, se generalizan las campañas agrícolas en el resto de países, donde también acostumbramos a comer cada día. Una oportunidad para valorar el modelo de agricultura familiar de muchos lugares de España, pero también de Francia, Italia o Portugal. Volver a garantizar los derechos de los trabajadores agrícolas temporales, o temporeros o disfrutar del Salario Mínimo Interprofesional, garantizado por Ley en España, es la otra cara de la moneda en los lugares donde el sector agrario ha dejado grandes imágenes de patriotismo.

Es curioso, porque una de las paradojas más grandes de la política es que mayoritariamente los agricultores son de derechas, cuando se supone que el PP está en contra de las subvenciones y mientras el PSOE tiende a favorecer los sistemas de ayudas. Seguramente, sean los que más ruido hacen, pero no los que más necesitamos, sobre todo en estos momentos de disrupción.

En Castilla-La Mancha, como en el resto de regiones, independientemente del color político que las gobierne, la cadena de suministro de alimentos y la agricultura son consideradas como un servicio esencial.

En un contexto, en el que aproximadamente el 35-40 % de los ingresos de los agricultores procede de subvenciones y ayudas directas o indirectas de la Junta, el Gobierno de España o la Unión Europea; pese a estas medidas, el campo sigue en crisis y no consiguen que suban los precios de origen de sus alimentos.

Entre los cambios de hábitos de vida de la gente, que consumen menos leche, menos carne, los aranceles de Trump y, a la vez, la importación de materias primas a bajo precio de países fuera de la UE, provocan que los precios caigan. En estos debates estábamos cuando nos sorprendió la pandemia.

Un mes después, el Campus de Albacete, que debería estar lleno de jóvenes universitarios se muestra así de triste este martes. Todos deberíamos aprender. Con los estudiantes confinados, muchos de vuelta a los pueblos, la imagen de las tareas agrícolas podría cambiar sustancialmente, después de 10 años en los que prácticamente solo se han contratado a población extranjera, muchas veces en situación de servidumbre. Hoy la sociedad no toleraría que vivieran de esa manera, sin distancia de seguridad, mientras todos los demás están confinados. Ojalá sirva para apoyarnos entre todos y mejorar la imagen.

En todo caso, el próximo jueves, el presidente del Gobierno liderará una posición y las organizaciones agrarias de España esperan que la Comisión Europea, encabezada por Ursula von der Leyen, apoye de forma urgente a los productores de alimentos de todo el continente. Agricultores y ganaderos que están dando lo mejor de sí mismos, en estos duros momentos de pandemia, garantizando el suministro estable de alimentos y ofreciendo la máxima seguridad alimentaria del mundo, en tiempos de incertidumbre.