Ha nevado en más sitios aparte de Madrid

La gestión catastrófica de Madrid ante la nieve y el ejemplo de un pueblo de la Sierra de Albacete

Tras la solicitud del alcalde de la capital de España como zona catastrófica, nos preguntamos qué tal les ha ido en Nerpio con la borrasca Filomena

Vista panorámica de Nerpio (Albacete)

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Tenemos una exclusiva: ha nevado en Madrid. Y ha sido tanta la cantidad de nieve que, por lo visto, la vida de los madrileños se ha visto afectada. Menos mal que en el resto de España no ha caído prácticamente nada.

Ah, no, espera, que también ha nevado. Pero no tanto como en Madrid. Fíjate si ha caído en la capital, que sus dirigentes han solicitado que se declare zona catastrófica. 1.398 millones de euros solicita el alcalde, José Luis Martínez Almeida. Las razones: la parálisis de la actividad económica, a razón de 998 millones, donde se incluyen, por ejemplo, los ingresos perdidos por los parquímetros o el alquiler de las pistas de pádel (sic). También ha incluido el alcalde 110 millones para reparar aceras y calzadas, 97 para retirar los arboles dañados y reponerlos, 75 millones para daños en instalaciones municipales y 43 para limpiar colegios y centros deportivos y culturales. No han pasado todavía los camiones de recogida de basura por la mayoría de sus calles pero ya saben qué se ha estropeado por culpa de la tormenta. No vamos a recordar aquí los daños provocados por otras catástrofes naturales y la cuantía que solicitaron porque la comparación es vergonzante.

Por si no ha quedado claro, ahí va la cifra de nuevo: 1.398 millones de euros. Aquí es donde hay que recordar que la Comunidad de Madrid bonifica el impuesto de patrimonio, dejando de ingresar unos 1.000 millones de euros cada año. También podríamos hablar de que solamente unos días antes de que Filomena alterara nuestras vidas, el Ayuntamiento de Madrid aprobó una rebaja fiscal de 128 millones anuales para los habitantes de la capital. Es decir, que si no fueran tan espléndidos con los que más tienen, a lo mejor tendrían para pagar el coste de la borrasca. O mejor, podrían utilizar ese dinero para reforzar la plantilla de trabajadores públicos con los que se hubiera alcanzado mucho antes la normalidad.

Que nadie nos malinterprete. Sabemos que ha nevado mucho en Madrid y que Filomena ha provocado cuantiosos daños. Como lo ha hecho en otros sitios de España, también en Castilla-La Mancha. Los daños tendrán que ser evaluados y, por supuesto, habrá que ayudar a quien lo necesite. Pero los dirigentes madrileños están utilizando la nevada para tapar su ineptitud e inoperancia y, lo que es peor, ocultar que todo esto podría haber sido diferente de no ser por el deterioro y falta de servicios públicos. Si eres la ciudad más rica de la comunidad más rica de España, te puedes permitir tener más recursos disponibles para afrontar adversidades, más aún teniendo en cuenta que la superficie de tu región es de 8.000 kilómetros cuadrados, contra los 80.000, diez veces más, que tenemos en Castilla-La Mancha, que tiene, además, con un 70% menos de población.

El ejemplo de Nerpio (Albacete)

Ya sabemos que ha nevado mucho en media España, pero si a alguien le puede entrar la risa con el espectáculo que se está viendo estos días en los informativos es a los nerpianos.

La nieve hace que el nombre del pueblo apenas pueda verse

Nerpio es un pueblo situado a los pies de la Sierra de las Cabras y que limita con hasta tres provincias: Murcia, Granada y Jaén. En el extremo más meridional de la comarca de la Sierra del Segura, y situado a unos 1.100 metros sobre el nivel del mar, es también la ‘pesadilla’ de muchos funcionarios de Castilla-La Mancha. Es uno de los destinos más temidos por su lejanía. Incluso para los propios habitantes de la provincia de Albacete, llegar a Nerpio supone un viaje largo y pesado. Seguramente, porque muchos nos hemos hecho a la comodidad de las autovías y huimos de estas carreteras plagadas de curvas. En realidad, esa pesadilla funcionarial suele terminar cuando llegas a este maravilloso pueblo y conoces a su gente, muy hospitalaria.

La primera nieve que cayó este invierno en Nerpio fue el 5 de diciembre. Desde el 1 de enero, los efectivos municipales han tenido que salir prácticamente a diario por la nieve y las heladas. Por supuesto, la borrasca Filomena también llegó a la Sierra de las Cabras. Lo hizo el día 6 por la tarde y se prolongó hasta la mañana del día 10.

Nos cuenta el alcalde, José Antonio Joran, ‘El Joran’, que el día 7 ya había medio metro de nieve en todo el término municipal. Se pusieron con la limpieza de todas las carreteras, caminos y principales calles. «Tuvimos dificultades en la AB-507 con dos camiones articulados que les dejaron pasar de la región de Murcia», confiesa.

Esa misma tarde se incorporó la UME (Unidad Militar de Emergencias), aquel ‘invento faraónico’ de Zapatero que ahora es aplaudido por toda la derecha española. «La mañana del día 8, de nuevo, volvía a estar todo cubierto de nieve, y en algunos sitios el espesor rondaba los 80 centímetros», relata El Joran. Uno de los vehículos articulados en la AB-507, la vía que une Nerpio con la vecina región de Murcia, siguió allí cortando la carretera hasta el mediodía. Tras despejarla, el alcalde cuenta cómo empezaron a trabajar para despejar el camino con dos pedanías que llevaban incomunicadas desde el día de Reyes: «Solo conseguimos llegar a Cañadas porque, un poco más adelante, el vehículo de la UME se salió de la vía y tuvieron bastantes dificultades para volver a su campamento».

El sábado 9 por la mañana, el día que cayó la gran nevada en el centro de España, la situación no había cambiado. Había que sumar otros 30 centímetros de nieve, por lo que, en las zonas donde todavía no se había podido llegar, había más de un metro de espesor. Esa mañana se incorporó un camión del Plan INFOCAM, el Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de Castilla-La Mancha, que hace unos años comenzaron a adquirir sus nuevos vehículos con la posibilidad de equipar palas quitanieves para poder colaborar en las nevadas. También se sumaron tres tractores para ayudar a despejar las vías. «Al final del día habíamos conseguido llegar a Fuente de la Carrasca,  Pincorto y Vizcable, incomunicadas desde el día 6», prosigue Joran.

Un camión autobomba del Plan INFOCAM, reconvertido para limpiar nieve.

El día 10 nevó menos pero lo que cayó fue hielo. Ese domingo se consiguió llegar al resto de pedanías y abrir la salida a Andalucía por la A-46. Que no les confunda el nombre, no es una autovía de dos carriles y una mediana de adelfas. La A-46 es la carretera que comunica Nerpio con la provincia de Jaén y no es precisamente famosa por su comodidad, incluso aunque esté limpia de nieve. Recorrer los 50 km que separan Nerpio de Santiago La Espada (Jaén) supone  más de una hora de viaje en coche.

Durante todo el temporal, efectivos de Protección Civil trabajaron para mantener las calles y el resto de pedanías comunicadas. Además, la cooperación de la gente del pueblo fue plena, según cuenta el alcalde: «Muchos vecinos colaboraron, algunos con sus tractores». También fue esencial la colaboración con el Ayuntamiento de Santiago-Pontones, municipio vecino de la provincia de Jaén, con el que se organizó la limpieza de la zona del río Zumeta.

El pan de cada día en la ‘España vaciada’

Lo que ocurre en Nerpio no es un hecho aislado, ya que la situación es muy similar en el resto de pueblos de la Sierra del Segura y la de Alcaraz. Todos los años tienen nieve y todos los años, de forma silenciosa, pelean contra el temporal gracias al valor y el trabajo de sus vecinos, que no necesitan que alguien les diga que cojan la pala, como han hecho Aguado o Casado en Madrid, y unos servicios públicos sin los que todo sería más difícil.

Los madrileños no tienen la culpa de no tener una pala en casa, o de que su vecino no tenga un tractor en el garaje. Pero esta parálisis de la economía madrileña, esa que tanto presume de bajar impuestos, pone de manifiesto la importancia de lo público y el modo de vida al que la economía neoliberal nos está llevando. Este caos podría haber sido menos caos si las cosas se hubieran hecho de otra manera. Para eso están los impuestos.

En Madrid y en otros muchos lugares de la meseta, donde no están acostumbrados a estos temporales, acaban de darse cuenta de que la nieve no es tan bonita como parece. Esto lo sabe de sobra ‘El Joran’ y el resto de alcaldes de zonas de baja demografía que hay en Castilla-La Mancha y en el resto de España. Los temporales afectan a sus vidas, como no podía ser de otra manera, y los dolores de cabeza son permanentes durante el invierno, cuando esa España vaciada está más vacía que nunca. Y es España ‘vaciada’ y no ‘vacía’, porque hay gente que vive allí todo el año, a pesar de las dificultades.

Nerpio tiene un término municipal casi tan grande como el de la ciudad de Madrid, aunque apenas cuenta con 1.200 habitantes, de los que la mitad viven en el pueblo y el resto están repartidos en una decena de pedanías de difícil acceso. Y ahí están. Sus vidas y sus trabajos no son menos importantes que otros. La economía madrileña no ha sido la única que se ha paralizado por culpa de Filomena.

El sector ganadero es uno de los que más sufrido por culpa de este temporal, también en Nerpio. Los ganaderos han tenido que hacer auténticos malabarismos para que sus animales puedan estar atendidos. Eso también es economía. Tal vez, cabría preguntarse qué es más esencial nuestras vidas: una explotación de cabras en la sierra de Albacete o un centro comercial de la Gran Vía en el que la gente compra cosas que no necesita.

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