Parece que VOX ha encontrado un filón en nuestra región, Castilla-La Mancha, tierra de paso para cazar y hacer alguna parada en el lugar en el que se concentran el 80% de los prostíbulos de España. Así parece que la ven y la quieren los ideólogos de la ultraderecha, que utilizan esta tierra para seguir acumulando poder.
Lo vivimos con María Dolores de Cospedal, exconsejera de Transportes de la Comunidad de Madrid con Esperanza Aguirre, que aprovechó la cercanía con el Barrio de Salamanca y la buena visibilidad que da Toledo para alcanzar las cotas más altas en su partido, y lo intuimos ahora con VOX, donde Javier Ortega Smith podría encontrar un espacio que Paco Núñez, un político mediocre y falto de liderazgo, es incapaz de afianzar electoralmente.
Recientemente, el conocido político de la ultraderecha ha visitado Toledo, donde ha inaugurado la nueva sede de su partido. Y este mismo jueves estuvo en la provincia de Ciudad Real, primero en Viso del Marqués y después en la Plaza Mayor de la capital, donde atendió a los medios. Justo enfrente del Ayuntamiento de Ciudad Real dijo que tanto la provincia como Castilla-La Mancha han sido «olvidadas y abandonadas por el PSOE y por el Partido Popular durante décadas».
Pero las recientes conexiones con Castilla-La Mancha no se detienen aquí, porque Ortega Smith tiene previsto casarse este mismo mes, y ha elegido Toledo para hacerlo. Según se ha publicado, la boda se celebrará en el cigarral de Santa Elena, del que la familia del político ultra es propietaria. Un gran día en el que un desfile de políticos trasnochados pondrá a la capital castellanomanchega en la primera plana del papel cuché y de los medios de comunicación regionales y nacionales. Ojo con esta enorme exposición mediática.
Son muchos puntos que convendría empezar a a unir y no descartar la posibilidad de que una de las caras más conocidas del actual panorama político termine en los carteles electorales de VOX en Castilla-La Mancha. Y, por supuesto, habría que ver quién pierde más con esto, si un PP con un líder que lamentablemente es poco conocido, porque si lo conocieran todavía lo votarían menos; o un PSOE que tiene una buena parte de su electorado situado en la derecha ideológica.
Tras una pandemia -que afortunadamente ya va quedando atrás-, hemos sobrepasado ya el ecuador de la legislatura y en una continua campaña electoral del partido verde, al que los socialistas miran de reojo, con ciertos aires de superioridad.
La España rural, la España interior, podría ser de nuevo reivindicada por la derecha más rancia. Y ya sabemos cómo termina esto cuando gobiernan: con una región vendida y abandonada a su suerte.
Se abre la veda. Pobre de nuestra Castilla-La Mancha.