Acaba el plazo para que los centros educativos concertados se unan al Programa de Refuerzo Escolar para alumnos de 4º de ESO. Una medida que no han aceptado los profesores en los centros públicos de Castilla-La Mancha y que también critican desde Juventudes Socialistas de la provincia de Albacete. Consideran que no es casualidad que, finalmente, se haya ofertado -la última ocurrencia del consejero de Educación- a los centros concertados. Aseguran que es algo intencionado que había previsto muy bien el Gobierno de María Dolores de Cospedal para discriminar, una vez más, a los estudiantes de la pública y apoyar a la privada.
Los jóvenes socialistas lamentan que se excluya a las familias con menos recursos económicos y, doblemente, a las que residen en el ámbito rural donde se sitúa casi el 100 % de los colegios e institutos públicos. Estas clases particulares que se van a ofrecer al alumnado en la capital contienen el objetivo de deteriorar la imagen de la educación pública y, al mismo tiempo, criminalizar a los profesores que aprobaron en su día una oposición pública para el puesto que ocupan y que se han opuesto, por votación, a aplicar la “trampa” que quería implantar el Gobierno regional para obligar a que reduzcan sus derechos laborales en los próximos cursos.
Desde que gobierna el Partido Popular en Castilla-La Mancha la brecha abierta entre los estudiantes de la capital y los de los pueblos no hace más que agrandarse. Comenzamos el curso con: el cierre de colegios rurales, la eliminación de ayudas al transporte escolar, la supresión de monitores en los autobuses y el cierre de comedores, entre otros recortes. Y ahora, concluimos el curso con la noticia de la privatización de las residencias universitarias: José Prat, José Isbert y Benjamín Palencia; y con la sombra del cierre de aulas de infantil en varios colegios de la provincia. Con claras consecuencias en el despoblamiento del ámbito rural y dejando a los pueblos aislados, aumentado la desigualdad con respecto a los niños que viven en entornos urbanos.
El secretario provincial de Juventudes Socialistas, Daniel Sancha considera que el Partido Popular orienta claramente la educación sólo para ricos, ya que las becas han dejado de ser una prioridad en esta comunidad autónoma. E insiste en que el PP precariza la educación pública porque no cree en ella. Y es que a las medidas de reducción de becas impuestas por el Ministerio de Educación hay que sumar las “ocurrencias” del Gobierno de Castilla-La Mancha. Entre ellas, la decisión de cobrar a los estudiantes que no sean alumnos de la Universidad de Castilla La Mancha, por el uso de sus bibliotecas. Así como imponer una tasa de 10 euros, para acceder a las pruebas de grado de medio y de 15 euros, para acceder a las pruebas de grado superior.
Transporte escolar
En los pueblos más pequeños es más difícil estudiar. Y cada municipio tiene un precio. Por ejemplo, en San Pedro, las familias pagan 5 € al día -por hijo- en el autobús. En Balazote, 3’20 € (porque hay más niños y es más rentable el transporte escolar). Además, en el caso de Balazote las familias cobran ayudas por parte del Ayuntamiento. Es decir, que la igualdad de oportunidades no se produce ni en la misma provincia.
Religión
Desde Juventudes Socialistas rechazan frontalmente la LOMCE porque dicen que aprovechando que vivimos tiempos de crisis, el PP impone una reforma educativa con un fuerte componente ideológico y clasista. El Gobierno de De Cospedal solo recorta a los centros públicos y no a los concertados que también se financian con el dinero de todos y que en la inmensa mayoría son de carácter religioso católico. Y cuyos maestros y profesores no han superado una oposición.
Además entonan el ‘mea culpa’ y reconocen que el último gobierno socialista se equivocó al no revisar los acuerdos del Concordato de la Santa Sede. Aún así, insisten en no estar en contra de la religión de cada cual. Simplemente consideran que ésta debe estar fuera de las aulas, en espacios tales como catequesis. Máxime en tiempos de crisis donde no nos podemos permitir financiar las creencias de cada uno. Y menos a maestros y profesores sin oposición, elegidos a dedo por la jerarquía eclesiástica.