Los que no pudimos disfrutar el partido en directo, lo seguimos a través de las redes sociales y luego lo leímos y analizamos en las tablas estadísticas.
Las estadísticas a veces hablan de un partido y a veces lo camuflan.
Si comparamos la valoración del Real Madrid, 53, frente a los 40 del Albacete, si comparamos los 35 rebotes del Madrid frente a los 32 del Albacete. Y si comparamos las escandalosas 21 faltas personales pitadas al Albacete, frente a las 8, sí, apenas 8 sancionadas al Real Madrid, uno podría pensar que el partido cayó del lado madridista. Pero no fue así. El Albacete ganó 57-60.
A pesar de que el Madrid forzó un partido tosco de pocos puntos, dejando al Albacete en apenas 60, alejado de su media de 74, la victoria se vino a Albacete, quizás impulsada por que el público era manchego y eso se nota en la moral de los jugadores.
Es algo sabido que en las canchas de los grandes equipos, a poco que la afición foránea se desplace, serán muchos más, porque, ¿quién quiere ver a los chicos de EBA si pueden ver a los de ACB? Una pena, pero real.
En este caso nos benefició, para colocarnos en un tercer puesto que da derecho a jugar el playoff de ascenso.
Esas estadísticas no nos hablan de la estupenda defensa que hizo Uge, un jugador que se puede convertir en el referente manchego a poco que se lo proponga.
Pero sí encontramos algunos de nuestros lastres habituales, como los tiros libres. Aunque es cierto que apenas se lanzaron seis rente a los ¡20! del Real Madrid, nueva prueba de la importancia de ese descarado desfase de faltas recibidas.
¿Cómo ganó entonces el Albacete?
Siendo más efectivos en los tiros de campo, siendo más efectivos en los tiros de dos y de tres. Eso se consigue sólo de una manera, estirando los brazos y bajando las piernas en defensa, haciendo un planteamiento serio de partido, ya que el Madrid no quiso que fuera vistoso. Pero, ¿qué más da que un partido sea vistoso si el resultado nos beneficia?
Elías volvió a ser importante después de unos partidos algo más apagado, Griffin aprovechó el dulce momento por el que pasa y hasta 9 jugadores anotaron desde diferentes distancias, y cogieron rebotes.
57-60, la palabra equipo resuena una y otra vez si miras bien las estadísticas.
Si miras un poco más, verás la ilusión y las gargantas de cien personas que se trajeron la victoria a la ciudad.