La presidenta Cospedal se equivocó en la fecha elegida para dar su discurso navideño. El domingo 28 de diciembre hubiese sido el día ideal para hacerlo. Podrían haberlo grabado días antes y emitirlo el Día de los Inocentes. Digo esto porque tratándose ella misma de una inocentada al conjunto de los castellano-manchegos, a alguno podría haberle resultado ingenioso. Aunque dada la realidad de esta región, lo cierto es que el mensaje solo puede causar indignación.
Empezaré diciendo, que no fue un mensaje navideño, sino un verdadero mitin preelectoral, porque solo puede interpretarse así, que alguien con la responsabilidad de gobernar a más de un millón de ciudadanos se atreva a decir textualmente cosas como, “hemos conseguido garantizar nuestra educación, nuestra sanidad y nuestros servicios sociales sin cerrar ni un hospital, ni una escuela, ni un centro de atención para las personas que más lo necesitan” y rematar esa falsedad con otra no menos indignante como, “hoy tenemos más centros de salud, colegios y plazas para nuestros mayores y para personas con alguna discapacidad”
Hay que tener la cara más dura que el cemento ‘armao’ para poder decir esa sarta de mentiras. Solo por resaltar lo que afecta al medio rural, se le ha debido olvidar que se han cerrado sesenta y tres escuelas rurales (algunas en Albacete) haciendo que los niños se desplacen a otras localidades. Que pretendió el cierre de muchas urgencias rurales y que tuvieron que ser los juzgados los que lo impidiesen. O que las ayudas a la dependencia hoy brillan por su ausencia y muchos beneficiarios, pese a estar valorados y con derecho, han fallecido antes de percibir esa ayuda.
Pero si los habitantes de los pueblos representamos pocos votos, y por eso lo que nos afecta tiene menos importancia para quien gobierna en Toledo, repasar las cifras globales de su gestión en el conjunto regional sirve ratificar la afirmación de que nos preside la encarnación de una mentira:
- Se han despedido más de cinco mil trescientos maestros y profesores de la región desde que ella gobierna
- Se han reducido camas hospitalarias equivalentes a tener un hospital menos en la región y no se sustituye a un solo profesional sanitario pese a que la plantilla ha disminuido en más de cinco mil profesionales
- Se ha despedido a más de veintitres mil trabajadores de los servicios sociales. A penas reciben ayudas menos de seis mil personas -de las setecientas mil que hay en riesgo de pobreza y exclusión-, siendo la región que más ha recortado en servicios sociales de toda España.
Parece lógico, por tanto, que quien quiere revalidar un mandato electoral arrime el ascua a su sardina pero si el discurso lo realiza como quien preside una región, no puede basarlo en falsedades y tergiversaciones, incluso en estupideces que más de una escuchamos.
Se olvidó del paro que existe en la región, de la cantidad de expedientes de desahucio existentes, de la gente que lleva años en las listas del SEPECAM, etc. Y como no existe la corrupción para ella, aunque esté en duda la limpieza de su campaña electoral, tampoco forma parte de la realidad. Pero sobre todo, y es mi reproche, un presidente o presidenta, no puede olvidarse en un mensaje navideño si lo pronuncia, de que quien la escucha es gente de carne y hueso y no números.
Mientras, seguiremos oyendo argumentos como que en estas fechas las calles y las tiendas estaban llenas de gente consumiendo por doquier, que en los bares de la región no cabía un alfiler y que esa es la demostración de que la crisis ha terminado. En estas fechas los parados, los que se van fuera a buscar trabajo, los que cobran un sueldo de miseria, o los que tienen que recurrir a la solidaridad para poner algo en su mesa, no parecer existir para Cospedal, o están todos incluidos en su “ya se que algunas familias lo están pasando mal” (fin de la cita).
Ahora sus fans, esos que pase lo que pase y haga lo que haga, se equivoque o acierte, les parecerá perfecto, tendrán la orden de inundar los medios y cualquier foro con el mensaje de que la región va maravillosamente con Cospedal. Es un ejercicio de mimetismo con su ídolo nacional Mariano Rajoy, para quien ya no hay crisis. La realidad es que esta región ha vuelto a subirse al furgón de cola de los pilares del estado del bienestar.
Villancico Cospedal
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