Fuga de cerebros

Un albaceteño de verdad siempre termina sus frases con un sonoro, ‘ea’

Miguel Ventayol

No pensaba escribir esta mañana pero como hace sol me he animado. Además, Pérez Reverte está más cabreado que yo con la educación tal y como muestra en su columna semanal, con lo cual, estoy cubierto.

No nos engañemos, Alicia Giménez Barlett no es de Albacete, por mucho que nos empeñemos en poner que ha nacido en Almansa. Como tampoco es de Albacete, aunque haya nacido en Hellín, uno de los mejores sociólogos del mundo, Manuel Castells. Ni es de Albacete el bioquímico, Juan Carlos Izpisua, aunque naciera en la misma localidad que Castells.

Me da mucho gusto saber que personas nacidas en la provincia tienen éxito pero no nos engañemos, nos los quitan de las manos, como la ropa barata de los mercadillos.

No es una crítica, no es nada malo. Es así y ya está. Es como las noticias. Desde el mismo momento en que salta al noticiario estatal, ¿de qué me sirve una web de noticias de pueblo? De nada, por más que insistamos en decir marisco de gorrinera, orujo e incluso orujo miel, azafrán, queso y vino. Por más que hagamos un vídeo promocional supermolón. Somos lo que somos y debemos sentirnos orgullosos de ello. Televisión Española no es la BBC y Albacete no es Barcelona, ni siquiera Alicante. ¿Cuántos vídeos promocionales tiene que hacer un profesional de la fotografía y los medios gráficos para ganarse la vida en Albacete? No digo nada si hablamos de fama.

Ser un artista en Albacete está chupado, ser el más guapo del club Barcarola, chupado. Ganarte el respeto del mundillo musical, literario, artístico de la ciudad, chupado. Y si no, rencillas y odios, porque cuando tiene que salir, La Mancha profunda sale a tope, no hace falta ser del mundillo hiphopero, como me explicaba Javi Sabe la semana pasada. En Albacete hay rencillas y odios tan grandes que nos falta provincia, podemos odiar hasta las lindes de Ciudad Real y Cuenca, las de Valencia y hasta las de Murcia. «Soy el poeta más grande de la ciudad, el que más premios ha ganado». Y a pasear con chulería por los bares de la Calle Concepción, o por la calle Ancha, depende de si los premios te han llegado para comprar trajes nuevos y sombrero.

Que sí, Alicia Giménez Barlett es autora albaceteña, ganadora del premio Planeta con una buena dosis de millones (150.000 euros, perdón), a la que respetamos y admiramos sin censura desde Albacete Cuenta. No por ser mujer, no por ser nacida en Almansa, no por los premios: porque la hemos leído, aunque haya sido en las ediciones baratas de bolsillo. ¡Vaya elitistas somos!

Pero que un medio de comunicación minoritario de provincias diga esto no es sino una metáfora del tiempo que vivimos y del que hemos vivido. ¿Por qué no titular La autora catalana gana el Premio Planeta? Porque no es lo mismo, porque no tiene cabida y encima, en los tiempos que vivimos, mejor no mencionar lo catalán en Albacete, salvo que seas Iniesta (para los menos avezados, es un futbolista del Fútbol Club Barcelona, que también nació en la provincia de Albacete y también trabaja en la ciudad condal).

Somos muchos quienes nos sentimos orgullosos cada vez que la provincia de Albacete sale en los medios de comunicación mayoritarios por algo que no sea un terrible asesinato de pueblo, un ajuste de cuentas en la carretera de la ruta del bakalao, un pedrisco que nos destroza el campo o el botellón más gande del año… Pero vamos, que todo esto no es sino chovinismo barato, algo así como decir «soy del terruño, mira qué bien, mira qué orgullo. Pero si pudiera irme a Barcelona o a Madrid a ganar más y hacerme famoso, lo hacía sin pensar. Si por el camino tengo que votar a Esquerra Republicana, o aprender a bailar el chotis, ea«.

Porque un buen manchego termina una frase lapidaria con ea. ¿Terminan Castells, Izpisua y Giménez Barlett sus frases con un ea?

miguel ventayol