Cualquiera diría de carrerilla los pueblos más grandes de nuestra provincia. No necesitan enumerarse; el primero, el gran pueblo que es la capital.
A pesar de que cualquiera de nosotros conoce bien su provincia, es complicado saber cuál es el más pequeño. Aunque, por otro lado, qué más da saber cuál es el pueblo más pequeño de la provincia de Albacete. No supone nada, no pasa nada, el tamaño nunca fue importante, salvo que quieras un centro de salud, farolas, colegio, instituto, ¡lujos!
Hay una Villa, llamada de Ves, que tiene 50 personas, más hombres que mujeres, cómo si no. Y hay un pueblo llamado Montalvos que tiene 113, frente a los 118 de Golosalvo, los 119 de Villatoya, o los 126 de Masegoso.
En Albacete hay tropecientos pueblos, somos una provincia orgullosa de sus municipios, aunque sólo podamos llegar a ellos en coche, no como esos comunistas malencarados e independentistas que enlazan sus regiones con transporte público. Nosotros no.
Por otro lado, ¿para qué es necesario el transporte público? ¿Para ir al colegio o al médico? Si ahora nos llevan a Madrid por el mismo precio, a la clínica del Rey, ¡nada menos! Y aguantar en el colegio está demostrado que es perder el tiempo.
- 7 pueblos con menos de 200 habitantes. En tu boda había más gente.
- 9 pueblos entre 200 y 400 habitantes. En algunas bodas hay más gente.
- 15 pueblos entre 400 y 700. En las bodas de bien hay más gente.
- 11 pueblos entre 700 y 1.000 habitantes. ¡Esto ya son pueblos!
- 21 pueblos entre 1.000 y 2.000 personas. Como en el botellón.
- 9 pueblos entre 2.000 y 3.000.
- 8 pueblos entre 3.000 y 8.000. Como diría la canción, “tienen cura, ¡y toa la ostia!, casa putas y frontón”.
- Tobarra tiene más de 8.000. Y ya saltamos a los grandes de la liga:
- Los 6 pueblos con más población, más de diez mil, más de 16.000, 25.000 y 26.000, 31.000 y 172.693.
Suma sumando, 87 municipios he contado. Con sus cuatro diputados, cuatro senadores y 10 diputados regionales. ¿Sabrías decirme en menos de diez minutos los nombres de los diputados del Congreso? ¿Sabrías decirme sin darle a Google los nombres de diputados regionales?
Es una pregunta trampa, nadie lo sabe. Pero ellos sí saben porque Bono bien lo explicó en su día, la importancia de conocer los pueblos de la provincia: conocer al tonto del pueblo, al cura, al cacique… ¡Uy!, perdón, se me ha ido la historia de las manos, con esto de no saber en qué siglo vivo.
Ahora es más sencillo, también lo explicó el celebérrimo presidente. Lo que se hace es acercar a la gente de los pueblos a la capital, léase Albacete, léase el Palacio del Paseo de la Libertad, a explicarles las cosas. Luego se mandan avanzadillas, se insinúan pabellones deportivos, piscinas cubiertas, bibliotecas con sus libros y su bibliotecario (¡pues no hay libros viejos en los sótanos de Toledo!) y olvidamos al cura y el frontón. El cura porque viene de fábrica, el frontón porque no tiene gancho comercial.
Es la manera de que te conozcan en los pueblos, prometerles cosas que no han pedido para no darles lo que de verdad necesitan. Con suerte la promesa queda en nada y el pueblo seguirá viviendo de sus patatas, sus gorrinos, sus aceitunas, champiñones, emprendedores o emigrantes.
Vaya, yo que quería hablar de estadísticas y resulta que termino hablando de la gente.
Vente a vivir a la provincia y, ¡visita Albacete! Aunque no haya autobuses ni trenes.