El tiempo parece pararse en verano pero este verano no habrá quien pare, sea con sandalias, calzado fresquito, chaquetas ligeras para la noche o sombreros para el mediodía.
Según nos relataba con estilo pulcro Jesús Perea hace pocos días, la transición en el Gobierno regional se hará en mitad del verano, entre el turbio ambiente bucrocrático toledano, la fresca manchega y el calor albaceteño.
Esa misma transición empezará a darse en la Diputación provincial, donde julio y agosto se convierten en meses de ajetreo. Y con lo policial que se ha puesto el «ayuntamiento de ayuntamientos», no habrá serpientes de verano sino que asistiremos, con suerte para los periodistas más avezados y los escritores más valientes, a una novela corta de Francisco García Pavón.
El tiempo parece ralentizarse en verano, pero se rumorea que en algunos ayuntamientos, como no confiaban en ganar ni tenían esperanzas en sí mismos, por mucho que dijeran en la campaña electoral, se olvidaron de preparar las ferias de agosto y septiembre.
¡Vaya! Ahora toca correr y cualquier deportista sabe que correr en verano es malo, malismo, hay que seleccionar bien la ropa, estar hidratado y elegir las horas de menos calor.
-¿A quién traemos en Feria? -Le dice el Alcalde al Concejal. Y el concejal piensa sin remordimiento: «Si lo hubieras preparado en marzo, canalla».
Se rumorea que la ex-diva del PP y ahora diva del partido de Albert Rivera, tiene muchas papeletas para este verano, pero no seré yo quien la nombre, porque podrían lloverme las críticas culturales o podría suceder como en la película Bitelchús, que si la nombramos tres veces seguidas, aparece.
De momento ya sabemos que en Albacete disfrutaremos del concierto de dos grandes: Los Animals y los Waterboys, algo así como un viaje en el tiempo que los nostálgicos nos hemos encontrado.
Un tipo fuma un cigarrillo acodado en la ventana de su cocina, echando el humo hacia la noche del barrio de Franciscanos. Cada noche, a la misma hora, el mismo humo que flota.
No me gusta que la gente fume por razones más que obvias, pero me tranquiliza su rutina, me relaja comprobar que algunas cosas funcionan con normalidad y regularidad, como las piscinas que abren a finales de junio, con agua cristalina y congelada. Como las noticias de socorristas y las fiestas de los pueblos en agosto, como las noticias de las mayonesas que podrían provocar salmonela.
Como el aroma de las tascas pocas semanas antes de cerrar porque en Albacete hay que preparar la Feria y muchos colectivos no saben a quién dirigirse para solicitar un parabién, una ayuda, un bocadillo para comer, «que llevo todo el día con apenas un café en el estómago».
El verano se convierte en la época del añocuando alguien mencionará como sin querer las serpientes de verano, esas noticias inventadas o no, temporales, que dejan paso a la verbena, el baile agarrado a las diez, a las doce el cubata a medias y a las dos la música rock. Si tienes suerte, a las siete te vas a la cama acompañado. Al día siguiente, es el momento de inventar que te fuiste a la cama con Angelina Jolie, con Brad Pitt o con Eusebio, el pequeño de la Rosa.
El verano es una época en que el Diario Oficial de Castilla-La Mancha se convierte en primo hermano de la Cueva de Montesinos, un nombramiento con cuarenta grados a la sombra y una terraza de verano donde puedes sentarte con tus amigos y debatir hasta la discusión si merece la pena seguir pensando en la crisis de los 40, la crisis de los 50, la pitopausia o quién inventaría eso de echar mermelada de fresa al queso frito.